lunes, 16 de febrero de 2015

NIÑ@S GALLEG@S APOYAN NUESTRA CAUSA

Hace unos meses lanzábamos una campaña mundial con nuestr@s niñ@s, ell@s escribían cartas a la mujer del presidente para que prestara atención a su situación de desamparo ante las múltiples contaminaciones que vive nuestro Río Marañón.
Hemos estado recibiendo algunas cartas de niñ@s españoles/as, pero hoy queremos compartir con ustedes un video que nos ha llegado y que nos ha hecho muy felices.
L@s alumn@s del Instituto de Educación Secundaria Xesús Taboada Chivite de Verín en Ourense en España han estado trabajando sobre la importancia de cuidar los idiomas minoritarios, han conocido el kumbarikira que cantamos en kukama.

Kumbarikira urupukira
tsa kumbari utsu ukaima
kurachi wiri tima tsa katupi
tsa kumbarikira urupukira


 

Ell@s, que tienen también su lengua, el gallego, han hecho una bonita canción apoyando nuestra lengua y también nuestros problemas. Desde este rincón en la red queremos daros las gracias a vosotr@s y a vuestro profesorado por enseñar al mundo que la educación es algo compartido, algo que llega a cada rincón y con la que se puede ayudar a muchas personas. ¡Gracias!





Aquí tenéis un enlace con la letra de la canción directo de su blog O Fiadeiro da Lingua.

sábado, 29 de noviembre de 2014

“ESCUPIR SANGRE"



 “Fantasías” (animadas de ayer y de hoy) sobre el Oleoducto Nor-peruano


Manolo Berjón
Miguel Ángel Cadenas
Parroquia Santa Rita de Castilla
Río Marañón


-          Veo, veo
-          ¿Qué ves?
-          Una cosita.
-          ¿Y qué cosita es?
-          Empieza por la O, qué será, qué será, qué será…
-          [Oleoducto Nor-peruano].


SAN PEDRO: “ESCUPIR SANGRE”

San Pedro es una comunidad nativa kukama situada en la margen izquierda del Marañón, en el distrito de Urarinas, provincia y región Loreto. La comunidad está integrada en ACODECOSPAT (Asociación Cocama de Desarrollo y Conservación San Pablo de Tipishca). El 13 de noviembre de 2014 se produjo otro derrame de petróleo,  aproximadamente en el km. 20 del Oleoducto Nor-peruano, de 7.500 barriles.[1] (Asimismo noviembre 2014, acumula otro derrame más en este mismo Oleoducto: en el km 622,5, distrito de Pomahuaca, provincia de Jaén, departamento de Cajamarca, que fluye hasta el río Huancabamba). Deben ser los compromisos climáticos para la COP 20.

© Parroquia Santa Rita de Castilla, 2014.

Visitamos San Pedro. Nuestra impresión es que no hemos aprendido nada del derrame de Cuninico. Las mismas fallas estructurales se están haciendo presentes en San Pedro. Lenta y pausadamente, como un perezoso, se han comenzado las tareas de limpieza. Tres comuneros de Cuninico han tenido que ser evacuados de la zona del derrame en San Pedro. Y de San Pedro, dos personas “han sido devueltas a la comunidad”: el jueves 19 de noviembre, uno de ellos fue transportado en helicóptero a San José de Saramuro y de ahí llegó a San Pedro. El viernes 20 de noviembre, a las 4:00 p.m., este comunero “escupe sangre vivita”. Se sentía mareado y el cuadro era desolador. Fue evacuado al Centro de Salud de Maypuco, donde lo internaron. Los medicamentos y gastos de salud corren por su cuenta. La impotencia y la rabia no son buenas compañeras, pero aparecen de manera inesperada.

El viernes 20 de noviembre, en horas de la mañana, aterriza un helicóptero en el campo de fútbol de San Pedro. Baja un hombre y se va a su casa. Está viniendo con vómito y diarrea y le han dicho que descanse unos días. No quería conversar. Temen represalias: quien habla ya no será contratado en la limpieza del derrame. Necesitan el dinero y, empresas inescrupulosas, se aprovechan de su ingenuidad y desconocimiento. Insistimos, no hemos aprendido nada. En el derrame de Cuninico se cometieron desaciertos, por decirlo respetuosamente, con el personal contratado. Ahora igual, el Ministerio de Trabajo no está presente, pese a que parece ser una lógica dada la improvisación con que se actúa. Desde luego, los planes de contingencia dejan mucho que desear. Los comentarios de la población son demoledores: a los trabajadores en la zona del derrame en San Pedro no les dan agua potable, mientras los “ingenieros” tienen su botella de agua en la mano. Las asimetrías de poder están tan arraigadas que ni nos damos cuenta. “¿Cuándo te vimos con… sed y te dimos de beber…? (Mt 25, 31-46). Nos dirán que a estas alturas ya está solucionado. ¿Y la primera semana? Insistimos: los planes de contingencia y de atención no funcionan.

© Gilter Yuyarima, 2014.

Necesitamos personal del Ministerio de Salud que certifique lo que está sucediendo, no un doctor de Petroperú. Aunque ya sabemos que hay presiones económicas y políticas que tampoco garantizarían imparcialidad, no somos ingenuos. Recordamos que durante el derrame de petróleo de 2010 Pluspetrol infiltró un doctor en el Centro de Salud de Santa Rita de Castilla, en connivencia con la DIRESA (Dirección Regional de Salud), para atender a todos los afectados. La conclusión fue muy simple: no dejaron constancia de los pacientes tratados. Se evaporaron las pruebas.

Escuchamos una retahíla de Petroperú que nos hace recordar formas clásicas de meditación: repetir una serie de palabras durante cierto tiempo. La mayoría de los icaros son reiterativos, algunos cristianos rezamos letanías o el rosario, los budistas poseen mantras… Cuando una persona, por propia convicción, realiza este tipo de actividades es para introducirse en una “tradición espiritual”. Pero, en ocasiones, el poder también repite insistentemente lo mismo. En el caso del oleoducto nos remachan: el derrame está dentro del canal del oleoducto, no ha salido de ahí. Cualquiera que haya escuchado hablar de los ecosistemas comprenderá que eso no es cierto. Los peces, por poner un único ejemplo, no piden permiso a Petroperú para habitar en el cavado del Oleoducto y salir a las quebradas, cochas y al río. Simplemente habitan ahí. Y la conexión oleoducto, quebradas, cochas y río es intensa, sobre todo en creciente, como no podía ser de otra manera. No repitan lo mismo, por favor. Ustedes, cuando defienden su posición, no están recitando un icaro, ni el rosario, ni un mantra, sus argumentos no forman parte de una tradición espiritual sino de un entramado político-económico. A cada uno lo suyo.


CUNINICO: UNA VISITA GUIADA “CON OLOR A ORANGE”

Hemos realizado una visita más a la comunidad de Cuninico. Recordarán que en el mes de junio 2014 hubo un derrame en esta quebrada por la ruptura del Oleoducto Nor-peruano. Las autoridades insisten en que ya están por salir de la zona, dando por finalizado el trabajo realizado. Sin embargo, insistimos, a nuestro parecer, no está todo limpio. Y menos remediado. En la visita que realizamos con las autoridades de la comunidad de Cuninico tuvimos la oportunidad, nuevamente, de acercarnos a la zona del derrame. A la entrada de la quebrada, para llegar al Oleoducto, personal de Petroperú nos ofrecieron una gaseosa y un casco, “por seguridad”. En tono muy amable pretendieron hacernos “una visita guiada”. Pero no somos turistas ni necesitamos su guía. Durante el trayecto en varias oportunidades el personal de Petroperú y Lamor insistían en sus argumentos. Mientras transitábamos por el itinerario un “delicioso olor a orange”, cual perfume placentero, desataba los comentarios en voz baja de los comuneros que nos acompañaban y eran conocedores por haber trabajado en la limpieza: “esos polvos hacen sumir al petróleo”. En una de esas paradas para la explicación del guía se levantó una pequeña polémica en torno al mantenimiento del oleoducto. Una respuesta siempre evasiva y superficial por parte de Petroperú ante la insistente pregunta de una periodista que tensó los ánimos. Posteriormente surgió: ¿es usted “padre”? Sí, lo somos. Y acompañamos a la gente de nuestra parroquia ante un derrame que, desde el principio, Petroperú quiso ocultar y, a pesar de los esfuerzos que ha realizado, no estamos satisfechos con la gestión del mismo, ni de lejos. Todavía hay mucho que limpiar, por más ministros que les visiten. Pero además les queda la remediación. Algo que nunca harán. Estamos cansados de sus comentarios. La “visita guiada” pretendía que no diéramos la vuelta por determinado lugar, pero las autoridades de la comunidad nos querían llevar por ahí. Por supuesto, hicimos caso a nuestros “guías privilegiados”: autoridades y comuneros de Cuninico.

© ACODECOSPAT, noviembre 2014.

Personal de Petroperú deslizó, en dos ocasiones, durante nuestra “visita guiada”, un comentario sobre la “privatización de Petroperú”. Nosotros no entramos en eso, esa disputa nos es ajena. Sólo queremos seguridad para nuestra gente, nada más. Sólo constatamos nuestro malestar por los continuos derrames en el Oleoducto Nor-peruano.

En la controversia surgió la inquietud por la verdad. Nosotros no poseemos la verdad, aunque la buscamos. Afirmar lo contrario es ingenuo. Pero nos remitimos a una cuestión clásica: “¿qué es la verdad?” (Jn 18, 38). Una pregunta que hace Pilato poco antes de permitir que cuelguen a Jesús en la cruz. Una pregunta incómoda que no es respondida inmediatamente, sino que se percibe a lo largo de la actuación de Dios. Porque Dios no está con Pilato, sino con Jesús, en la cruz y en la resurrección. En otras palabras, allá donde hay sufrimiento injusto, y en Cuninico hay de sobra, el Dios cristiano acompaña a los que lo sufren. Las víctimas tienen la verdad, y nosotros tratamos de acercarnos a ella, con nuestras limitaciones. De esta manera se produce lo que los teólogos llaman la “presencia de un deus inversus” que se hace vigente en una doble ausencia: en el dolor, la miseria, dependencia y marginación de los excluidos y la invocación del nombre de Dios en vano pero ausente en la práctica de la vida diaria.

© Parroquia Santa Rita de Castilla, octubre 2014.

En el acompañamiento a la gente de la comunidad de Cuninico surgió una inquietante línea de investigación: “neuritis química”. “No me querían decir para no asustarme”, afirmaba resignadamente el enfermo, quien no comprendía el significado de esas palabras mágicas. El afectado lo describía como “adormecimiento de las piernas, debilidad y dolor de huesos”. Otras personas describían los mismos síntomas, pero también desconocían el nombre. Todos habían trabajado en la recuperación del crudo. Lo más fácil es cuestionar al personal de salud de Petroperú que deslizó las palabras mágicas pensando que nadie entendería. Pero despacio, no nos apresuremos: no hay nada por escrito, fue un simple comentario, nadie se atreverá a decir en voz alta lo que han dicho en voz baja, nadie. ¿Una persona que desconoce el significado de “neuritis química” se lo va a inventar? Si, como afirma este paciente, se lo comentó el personal sanitario de Petroperú, ¿no habrá este personal conversado con sus jefes la situación real? Hay que investigar antes de buscar culpables del desliz informativo. En realidad, el problema es mucho más grave: ¿es posible que Petroperú sepa y no haga nada al respecto? Dicen que ya están por retirarse, ahí quedarán los enfermos. Coincidimos que Petroperú no debe atender a los enfermos, debe ser el Ministerio de Salud, pero deben padecer sordera crónica. Son cómplices de un entramado político económico donde la vida de la gente sencilla no parece contar. ¿Qué pasará con estos enfermos? ¿El Estado se encargará de ellos? No haría falta decirlo, pero repitámoslo una vez más: Cuninico sufre un espantoso derrame de crudo, la población local trabaja en condiciones insalubres, sobre todo los primeros días, algunas personas describen los mismos síntomas del paciente que conoce las palabras mágicas, “neuritis química”, el Estado se desentiende de ellos: “fantasías animadas de ayer y de hoy”.

Existen muchos más datos, pero esta vez hay más gente que puede dar testimonio y lo harán. Así que basta por hoy. Para concluir recordamos que la falta de mantenimiento del Oleoducto Nor-peruano acarrea estas consecuencias. Nos parece que Petroperú prefiere pagar los costos monetarios (en su economía parecen evaporarse las personas y el medio ambiente) de las reparaciones del Oleoducto que construir uno nuevo que se adecue a las normas peruanas: sin tocar agua ni tierra, como sucede ahora. Si la bonanza económica peruana no es aprovechada para cambiar el Oleoducto nos quedan muchos, muchos derrames que sufrir, como si no fueran suficientes los ya habidos.




[1] El barril de petróleo cuenta con 42 galones estadounidenses; es decir, aproximadamente 159 litros. El derrame de la comunidad nativa de San Pedro cuenta con un total de 7.500 barriles, es decir, de aproximadamente 1.192.500 litros (un millón ciento noventa y dos mil quinientos litros) de petróleo.

domingo, 23 de noviembre de 2014

COCKTAIL CUNINICO


Temor, inflación, basura y bajo rendimiento escolar.

Manolo Berjón
Miguel Ángel Cadenas
Parroquia Santa Rita de Castilla
Río Marañón



Para Marcial Saboya, y en él a los enfermos por el derrame de crudo,
con afecto.


En junio 2014 se produjo un derrame de crudo en el Oleoducto-Norperuano del cual todavía estamos pagando las consecuencias, y queda para rato. El pasado día 30 de septiembre y 1 de octubre visitamos de nuevo Cuninico para acompañar a la población en estos momentos de sufrimiento. Hemos demorado en escribir esta crónica por los diversos trabajos y visitas que hemos realizado a otras comunidades, cumpliendo con nuestras obligaciones.


NOTA PREVIA: siempre nos quedan los cuerpos (post-scriptum).

Varios niños “tienen el cuerpo enronchado”. ¿Qué explicación nos darán ahora? Para nosotros, que formamos parte del Cuerpo de Cristo, es fundamental lo que sucede con los cuerpos de las personas indefensas, es un asunto de comunión, de espiritualidad, de relación con Dios.


X tiene epilepsia. Durante mucho tiempo era difícil encontrar fenobarbital para ella, pero un doctor en Maypuco, después de insistirle mucho, hizo los trámites en la Dirección Regional de Salud para que se lo envíen mensualmente a Maypuco. Con eso ella estaba feliz. Cuando ya todo parecía que estaba solucionado un día dejaron de enviarle las pastillas. Así que se las tenía que comprar. A través de familiares en Iquitos le envían, cada vez que necesita. Había mejorado su situación y podía comprarlas. Su marido es pescador y con el dinero del trabajo accedía a los medicamentos. La familia de X ha decidido no trabajar en el recojo de la contaminación, razón por la cual encuentra dificultades en su capacidad adquisitiva para comprar las pastillas.


© Leonardo Tello, Radio Ucamara, Octubre 2014.

TEMOR

El gobierno regional de Loreto ha implementado, desde hace años, un proyecto de créditos para el sembrío de camu-camu. El camu camu es un arbusto adaptado a terrenos inundables propio de la selva baja. Posee grandes concentraciones de ácido ascórbico. En Cuninico muchas familias accedieron a dicho crédito. Plantaron el camu camu e hicieron todos los trabajos necesarios para su producción. El 2014-15 será la primera cosecha, esperemos. Tienen miedo que los restos del crudo se rieguen con la creciente y afecte los sembríos de camu camu. Si sus previsiones se cumplen no sólo estarán malogrando la cosecha sino que también lo harán con un proyecto que ha costado al erario público. ¿Cómo van a devolver su crédito?

De igual manera. La cocha Paichiu está siendo cuidada desde 2005. En ella se encuentran ejemplares de paiche y otras especies. Es la despensa natural de Cuninico. Señalamos que los compradores de pescado ya no se acercan por Cuninico. Su mercado ha sido ampliamente afectado. Cuánta dedicación, no sólo en horas, sino afectiva, cuidando esta cocha. ¿Qué sucederá si la creciente introduce restos de crudo en la cocha? ¿Quién es capaz de valorar el temor de la población? ¿Qué sucederá cuando Petroperú se retire y dejen de ganar los S/. 80.00 diarios? Nos pueden objetar que eso no va a pasar. Insistimos en la necesidad de la participación de la población local a través de instituciones y personas competentes en el tema. Pero también insistimos que el temor no se borra de un plumazo y está presente en Cuninico, mucho más diáfano de lo que Petroperú quiere reconocer.


© Parroquia Sta. Rita de Castilla, Julio 2014.

INFLACION

Como no podía ser de otra manera estos salarios han traído de la mano la inflación. Pongamos a dos columnas los precios en Santa Rita de Castilla y en Cuninico, únicamente para comparar. Anotamos que Santa Rita de Castilla es sede de distrito. Como tal, disfruta de parte de los ingresos municipales que se quedan en forma de sueldos, algunos por debajo del sueldo mínimo. En Santa Rita de Castilla no se encuentra pescado ni comida en general[1], razón por la cual los precios están más altos que en otras comunidades del río Marañón. Pero sirva como ejemplo.


CUNINICO
SANTA RITA DE CASTILLA
Racimo plátano
S/. 30.00
S/. 12.00-15.00
Carne de monte
S/. 15.00-20.00
S/. 8.00-10.00
Saca de yuca
S/. 30.00
Al menudeo[2]
Pescado: boquichico
S/. 5.00
S/. 4.00
Pescado: sábalo
S/. 8.00
S/. 4.00
Gasolina
S/. 14.00
S/. 13.00

Salta a la vista que en Cuninico los precios son prácticamente el doble. ¿Quién puede comer plátano o yuca? “No he comido bien” es la expresión utilizada para indicar que ha faltado plátano o yuca en la comida. El arroz, las latas de atún… no forman parte de la dieta habitual. Y la gente se cansa de lo mismo. ¿Los ingenieros de Petroperú que laboran en Cuninico tendrán una dieta tan monótona? Y la dieta para los pueblos indígenas es una forma de construcción de la persona.


AUMENTO POBLACIONAL

Por el trabajo de limpieza han llegado gentes de varias partes, sobre todo de las comunidades vecinas. Pero también gentes provenientes de otros lugres que tienen familia en Cuninico o antiguos vivientes que han regresado temporalmente por el trabajo. El aumento poblacional ha ocasionado algunas dificultades. El espacio se hace pequeño y aumentan las tensiones.

Un ejemplo: el motor de luz. Ahora hay más aparatos eléctricos conectados: ha aumentado la compra de refrigeradoras, aparatos de música, TV… Total, el motor de luz ha colapsado. Un técnico enviado por Petroperú desarmó el motor, pero ya no lo volvió a armar. La gente está molesta porque teme que las piezas se pierdan.


COMERCIANTES Y BASURA

Al olor de la plata han llegado los comerciantes. Es verdad que se necesitaban servicios, pero también es verdad que ha habido una lucha por el terreno. Mientras Cuninico se ha preparado con una calle atrás para los que decidan residir en la comunidad, los comerciantes no han querido ese espacio. Obvio, donde se vende es en el puerto. Esta es la razón de algunas polémicas. Algunos comerciantes han querido invadir el terreno de otras familias. Estos no se han dejado. Y ahí viene la polémica, el conflicto.

La afluencia de gente ha generado un incremento considerable de basura. Cuando llegamos a Cuninico habían comprado unos tachos grandes. Todavía no los habían distribuido, pero se supone que a estas alturas ya estarán. Lo cierto es que el incremento poblacional ha generado una mayor cantidad de basura. Si tenemos en cuenta que con dinero se compran sobre todo objetos de plástico ha sido este rubro uno de los más rápidos en crecer. ¿Qué se hace con la basura?


“LOS NIÑOS NO RINDEN EN EL COLEGIO”

En una asamblea de padres de familia el director del colegio increpó de frente a los padres: “los niños no rinden en el colegio”. El silencio era sobrecogedor. Poco a poco el director iba describiendo el mal comportamiento de los niños, difíciles de controlar. De algunos de ellos trabajan sus dos padres limpiando el crudo. Ellos quedan con la abuela o con algún pariente, pero no siempre miran por ellos. Razón por la cual el rendimiento académico es muy deficitario, ha bajado mucho. Nótese que Loreto tiene una de las peores tasas de lecto-escritura y matemáticas de todo el Perú. Pues bien, a partir del derrame de crudo, los niños “rinden menos”.


© Leonardo Tello, Radio Ucamara, Octubre 2014.


VOLUNTAD

Manejar una contingencia como la sucedida en Cuninico no es sencillo. Sin embargo, es importante la percepción local, algo que no siempre se tiene en cuenta. Para tender un cable de luz Petroperú incrustó varios clavos en algunos aguajes localizados en las huertas familiares. Se nos dijo que ya los habían extraído, pero no fue cierto. Varios días después los clavos continuaban. Así es difícil la colaboración. Las familias temen que dichos clavos terminen por secar los aguajes y eso va mucho más allá de la mera economía, hay cuestiones afectivas de por medio.


© Leonardo Tello, Radio Ucamara, Octubre 2014.

Se nos puede achacar que no colaboramos. Nuestra postura es sincera: decimos lo que vemos y lo que pensamos. Nuestra tarea es estar cerca de la gente y, en este caso, poner por escrito lo que percibimos. Nos podemos equivocar, como todos, somos contingentes. Tenemos bien claro que los débiles son las personas que habitan en las comunidades afectadas. Es importante generar opinión pública porque son temas públicos, de afectación de población indígena, de ecosistemas vulnerables, de negligencia del Estado. Reiteramos nuestro compromiso de colaborar en el bien común.

Excurso:
“… Los Pastores, acogiendo los aportes de las distintas ciencias, tienen dere­cho a emitir opiniones sobre todo aquello que afecte a la vida de las personas, ya que la tarea evangelizadora implica y exige una promoción integral de cada ser humano. Ya no se puede de­cir que la religión debe recluirse en el ámbito pri­vado y que está sólo para preparar las almas para el cielo. Sabemos que Dios quiere la felicidad de sus hijos también en esta tierra, aunque estén lla­mados a la plenitud eterna, porque Él creó todas las cosas « para que las disfrutemos » (1 Tm 6,17), para que todos puedan disfrutarlas. De ahí que la conversión cristiana exija revisar « especialmente todo lo que pertenece al orden social y a la ob­tención del bien común ».
Francisco, Evangelii Gaudium nº 182.


REAFIRMAMOS NUESTRA POSICION: ahora que sabemos que Petroperú nos lee.

Se intenta convencernos que la actuación de Petroperú procura “no intervenir”. Hace sospechar la tenacidad con la que se insiste. Pero no es posible. La presencia de más habitantes en la comunidad, haciendo colapsar lo mínimo, es una muestra de ello. Otro indicio es el más de millón de soles que en el mes de octubre, presumible y calculadamente, se ha ingresado a los trabajadores locales, de Cuninico y las poblaciones aledañas. Evidentemente no se puede esconder un millón de soles y no se puede decir que eso es “no intervenir”, bajo la sospecha del ridículo. Para no hacerlo más extenso, pero igual se podría decir de las formas de ejercer el poder…

De igual modo se insiste machaconamente que el derrame no salió “del canal de flotación”. Pero cualquiera que conozca la zona sabe que faltan a la verdad, por más propaganda que hagan. El canal de flotación no sirve para nada. El motivo es muy simple. Es un lugar inundable y el agua sobrepasa con creces el canal de flotación. Motivo por el cual hay algo más que rastros de crudo en las cortezas de los árboles por encima de dicho canal de flotación. Y no es que los técnicos de Petroperú desconozcan esta realidad, es que a fuerza de repetirlo quieren hacerlo verdad. Y no pues, no es así. Por cierto, cuando la población de Cuninico vio algunos de los videos de promoción de Petroperú sobre el derrame, la gente se indignó porque faltan a la verdad. La toma de imágenes sin permiso y para introducirlas en una narración sobre la limpieza del río raya con la sana intención y la ética. Una prueba era esto del canal de flotación. Petroperú convenció a los medios que el derrame no afectó al río y los medios no lo comprobaron, ahí aparece su (i)responsabilidad. Evidentemente, esta idea llevó a descartar el apoyo a otras comunidades igualmente afectadas y a poner en entredicho un concepto bien asentado en ecología: los ecosistemas no son aislados. Pero Petroperú lo consiguió.


 © Leonardo Tello, Radio Ucamara, Octubre 2014.



Por cierto, dado que las aguas de la Amazonía son ácidas, la mejor inversión en medio ambiente sería cambiar el oleoducto, viejo, gastado, sin mantenimiento adecuado. Adaptarlo a las leyes ambientales vigentes: no tocar suelos y agua. Petroperú nos dice que eso es para la sierra, no para la selva. Bueno, no aceptamos su interpretación de la ley. Pero aunque sólo sea para prevenir desastres como el sucedido en Cuninico sería del todo necesario aprovechar la bonanza económica para cambiar los ductos y adecuarlos a la legislación. Argumentar no es decir a todo que sí, discrepar forma parte del diálogo que aceptamos con gusto. Pero también exigimos respeto, adecuación a la verdad y voluntad política.

La idea de participación es una de las más invocadas, pero también controvertidas. Participar no es únicamente estar al lado, ni siquiera intervenir. Participar implica una igualdad de condiciones en la conversación que permita dirimir, discernir, aclarar y tomar decisiones justas. Si el Estado peruano quiere disipar las dudas tiene que permitir que en los análisis de agua… participen instituciones solventes e idóneas y personas competentes en las cuales pueda confiar la población indígena. Sin este componente todo es vaporoso, calculado, sospechoso. Insistimos que el esfuerzo del Estado en la transparencia y la participación de la población local a través de personas e instituciones de confianza fortalecerá la democracia y el vivir en común. Insistir en que el Estado es el garante da pie a la sospecha, porque en demasiadas oportunidades el Estado se ha puesto del lado de las empresas. Sin ir muy lejos, hasta hace muy poco el Estado negaba la contaminación y quienes insistíamos en ello éramos tildados de tendenciosos, como mínimo.

Coincidimos que Petroperú está realizando trabajos que no le corresponde. Pero con la misma firmeza afirmamos que ante la población local rentabilizan este aporte, con el cual no estamos de acuerdo. Que Petroperú haya tenido un doctor en la zona nos parece que refleja la falta estructural de los Centros de Salud, el apoyo en educación hace más nítida la presencia pobre del Estado y la intervención de la RENIEC irradia luz sobre la torpeza del Estado en la “identificación” de sus ciudadanos [sociedades de control]. No, Petroperú no es quien para hacer estos trabajos, le competen a otras instancias del Estado y no se deben usurpar funciones, porque va a suceder lo que a todas luces sospechamos: una vez que se retire Petroperú el sistema de salud, educativo, de identificación… volverán a su cauce normal, es decir, calamitoso. No hemos aprendido nada. Se puede gestionar un botiquín, puesto de salud o como queramos denominarlo, pero eso no garantiza la atención. Maypuco, sede del distrito de Urarinas, lleva todo el año sin doctor y otro personal sanitario que le corresponde por ley. ¿Quién garantiza que la gestión del puesto de salud, botiquín, o como demonios se quiera nominar, tendrá personal capacitado y la atención que la población tiene derecho? Quién lo garantiza.

No tenemos una opinión competente sobre la descomposición de moléculas de hidrocarburos en carbono e hidrógeno. Pero cabe la sospecha. Eso de las “pequeñas pulsaciones eléctricas” deberían ser avaladas por profesionales externos competentes que certifiquen la veracidad de lo que se nos está diciendo. [Es curioso que mientras Petroperú ha intentado, no sabemos con qué acierto, limpiar la zona del derrame, dentro de la Reserva Nacional Pacaya Samiria, en el lote 8X, no se ha avanzado nada en la remediación. ¿No les parece curioso? ¿No será que Petroperú se siente vulnerable por los rumores de privatización mientras que las empresas privadas pasan olímpicamente del tema? Curioso].


No podía ser de otra manera, lo típico en estos casos. Temor, inflación, aumento poblacional, basura y bajo rendimiento escolar: cocktail Cuninico.

Santa Rita de Castilla, 25 octubre


[1] Es muy triste cuando llega alguna canoa al puerto y en épocas de no abundancia la gente se lanza a la canoa para comprar. Quien llega el último simplemente no come. La venta de menudencias de pollo y enlatados es abundante en Santa Rita de Castilla, sólo hay que darse una vuelta por las bodegas para observar los productos que venden. A pesar de todo, todos los candidatos han ofrecido “desarrollo”: hacer más grande Santa Rita de Castilla, “como una ciudad”. Pasaremos hambre.
[2] En Santa Rita de Castilla no se suele comprar la yuca por sacas, sino al menudeo: 4 yucas S/. 1.00.

lunes, 17 de noviembre de 2014

OTRO DERRAME “GRACIAS” A PETROPERÚ




Un nuevo derrame de petróleo ha ocurrido, posiblemente, el sábado 15 de noviembre de 2014, a 4 kms. de la comunidad nativa kukama de San Pedro, distrito de Urarinas, provincia y región Loreto-Nauta. Dicho derrame se ha provocado por la rotura del Oleoducto Norperuano. Petroperú afirma en un comunicado (16/Nov/2014) que en la “zona agreste y de difícil acceso” se ha activado el Plan de Contingencia, es decir, NADA. Por otra este aviso ha sido hecho después de que se supiera por otros medios.



Al darse dicha perdida del petróleo en el mes de noviembre, época en que se inicia la creciente del río hasta el mes de mayo, no solo creemos, sino afirmamos con toda seguridad, que es más grave que el último derrame acaecido en mayo en Cuninico.

La rotura del oleoducto acaeció hacia el kilómetro 20 desde la comunidad nativa kukama de San José de Saramuro. ¿Cómo sucedió?
-         Oleoducto viejo: cerca de 40 años
-         Está gran parte del año debajo del agua.
-         El presupuesto para el mantenimiento del oleoducto es mínimo.

Nos vendrán a decir que el bombeo “se encontraba suspendido desde [… el] 13 de noviembre” bla, bla, bla.

Petroperú es una tremenda máquina de hacer dólares (para ellos mismos, por supuesto) y tremendamente oxidada para las poblaciones indígenas.


P. Miguel Ángel Cadenas
P. Manolo Berjón
Parroquia Santa Rita de Castilla
Río Marañon

sábado, 15 de noviembre de 2014

LOS INDIGENAS NO BEBEN DE LA TRADICION GRIEGA


A propósito de los disturbios electorales en el distrito de Parinari

Manuel M. Berjón
Miguel Ángel Cadenas
Parroquia Santa Rita de Castilla
Río Marañón


Para Lucho, con todo el respeto. Trabajador de la ONPE en el último proceso electoral en el distrito de Parinari, que pagó injustamente en sus carnes la incomprensión e incompetencia del Estado.


Hace 25 años comenzó un proceso de reconocimiento de comunidades nativas en el distrito de Parinari. De entonces para acá ha sido un goteo que ha concluido este 2014 con el reconocimiento de Santa Rita de Castilla, sede distrital, aunque a ésta última y algunas otras les falta oficilializarlo con el Ministerio de Agricultura. Llama la atención que pese a este reconocimiento de las comunidades, el Estado no ha hecho ningún esfuerzo por pensar su actuación en este territorio. En el presente artículo tendremos en cuenta este componente indígena kukama para entender lo sucedido con la quema de ánforas y el disturbio consiguiente. Dejamos los análisis sobre quién paga las campañas electorales, los votos “golondrinos”, la necesidad perentoria de “un trabajito” si gana mi candidato y demás explicaciones plausibles, para navegar por aguas más profundas.



© Parroquia Sta. Rita de Castilla, octubre 2014.

Los griegos inventaron la democracia, el poder del pueblo. En los albores de esta representación política sólo tenían derecho a sufragio los ciudadanos libres. Quedaban exentos, por tanto, esclavos y mujeres. El abolicionismo de la esclavitud y el feminismo de finales del s. XIX y principios del s. XX incluyeron ambos sectores y se pasó al sufragio universal, libre y directo. Y en esas estamos. Pero no todas las tradiciones nacen en Grecia, por floreciente que haya sido. En cambio, para los indígenas amazónicos la norma no es la segregación, sino la “igualdad radical”, con algunos arreglos en torno al género y la edad, que ahora no vamos a desarrollar.

Los pueblos indígenas amazónicos no poseen una jefatura política centralizada, como en los Andes. Su sistema de representación es fuerte en épocas de crisis y débil en tiempos de estabilidad. Solemos pensar la estabilidad como la regla y lo anhelado, pero para los indígenas amazónicos la inestabilidad y la guerra son la norma y lo deseable. El alboroto, la quema de ánforas… no es pensado como algo negativo, sino la expresión de la “voluntad popular”. Acá sirve la distinción entre “multitud” heterogenea y rizomática que no alcanza el estatuto de persona jurídica, ni tiene voluntad inteligible y “pueblo”. El primero trata de arrogarse las competencias del segundo. Y, por mucho que un nutrido grupo de gente haya participado en la revuelta, arrogarse la representación del pueblo es demasiado. Eso que “la voz del pueblo es la voz de Dios” suena más bien a años 70, trasnochados ya, muy trasnochados.

La toma de decisiones en la democracia representativa implica una mayoría simple. Basta superar en votos al contrincante(s) para ser el ganador de las elecciones. Es un acuerdo en el menor tiempo posible. Se pueden hacer pequeñas correcciones: si un candidato regional o nacional no logra el 30% de los votos, habrá segunda vuelta. Pero no deja de ser un pequeño correctivo a la misma lógica. Una enmienda que, desde el punto de vista indígena, no sería suficiente. En cambio, la toma de decisiones indígenas implica un juicio diferente. No se busca el ganador por minoría, sino la aprobación “casi” por unanimidad. Razón por la cual se necesita mucha paciencia. A los ojos occidentales pudiera parecer una pérdida de tiempo. Sin embargo, estos consensos, una vez realizados, son firmes y respetados por todos, puesto que ya se ha dedicado el tiempo suficiente para la conversación, la meditación y los acuerdos. Esta es la razón por la que las asambleas indígenas en la toma de decisiones parecen eternizarse. En esta lógica es fácilmente comprensible que, cuando un candidato es el más votado, pero no tiene una amplia mayoría, no es respetado ni aceptado. Por tanto, la fuente de los disturbios no es la falta de respeto a las decisiones, sino que, desde el punto de vista indígena, se han tomado demasiado rápido, antes de alcanzar la unanimidad que obliga. Y eso no puede ser aceptado. Ganar por minoría implica imponer su voluntad a una mayoría, algo inaceptable para los indígenas. Por eso se revelan ante esta lógica y aceptan la elección cuando el candidato gana por amplia mayoría, aunque no sea mayoría absoluta, aceptando la derrota con tranquilidad. De ahí la importancia del “casi” por unanimidad. Este ganar por minoría conlleva una revancha en las revocatorias, dado que la población no se siente representada. Por tanto, podríamos evitar los gastos de revocatorias en pueblos indígenas, si les diéramos el tiempo y las herramientas oportunas para llegar a amplios consensos.


© Parroquia Sta. Rita de Castilla, octubre 2014.

Los griegos encontraban estimulante un rival con el que polemizar, pero siempre dentro de un contexto de amistad. Era la oportunidad de poder avanzar en el propio pensamiento. Ahí está el método socrático como un posible ejemplo. Sin embargo, para los indígenas amazónicos no se trata de un contexto de amistad, sino al contrario: la norma es el enemigo. No el enemigo al que hay que amar desde la ética cristiana, sino el enemigo como concepto, como ente metafísico, al que hay que “comer”, canibilizar, apropiarse de sus fuerzas vitales, como el matador hace con la víctima. El multi-verso (múltiples universos: en esta tierra, en el cielo, debajo del agua viven diversos seres con los que entramos en contacto en la vida cotidiana, para simplificar) es un “organismo” en constante intercambio de fuerzas. Si me apropio de las fuerzas del enemigo yo me hago fuerte, y él, débil. El enemigo es la posibilidad de redefinir “lo propio”, un enemigo al que hay que pulverizar para ganar sus energías y fuerzas. Con el enemigo no se puede conversar, tan solo matar o domesticar, aunque fuera simbólicamente. Se trata de una guerra. El enemigo merece el respeto necesario para poder devorarlo, aniquilarlo o, en todo caso, domesticarlo (que es una forma de sometimiento).

Bajo el concepto de enemigo desterramos la neutralidad. No es posible una Suiza indígena, es una contradicción in terminis. Nadie es imparcial y pretender serlo es ingenuo. Para los indígenas es una falta de seriedad. Por eso, un organismo como la ONPE o el Jurado Nacional de Elecciones, que tienen como cometido la neutralidad, no son comprendidos por los indígenas. La acusación de “coimeros” y expresiones como “ya les han pagado” es la consecuencia lógica. Sin duda, es más fácil tener a estos dos organismos como “chivos expiatorios” que al resto de partidos contrincantes, porque aglutinan menos personas, están más indefensos y permanecen en el lugar de los hechos, además de no comprender las dinámicas que se desatan, haciéndolos aún más vulnerables. Lo primero que hace un partido político que gana las elecciones es retirarse de las inmediaciones del espacio electoral, no solo para festejar en su propio local, sino para evitar la ira de la población ajena a su partido que se siente defraudada.

Si el enemigo es el concepto más importante, la guerra es su consecuencia. La guerra necesita ser complementada con épocas de calma para reponerse y permitir que el socius se restituya. Una vez conseguido esto se está preparado para la siguiente guerra: sea una batalla electoral, un disturbio en torno al Municipio, como en Nauta, una agria disputa entre comunidades en torno al territorio, o cualquier otro motivo. Una campaña electoral es la oportunidad de sacar a la luz las fisuras al interior del socius. Una familia o una comunidad pueden estar divididas, pero no siempre se pueden mostrar las desavenencias. Las campañas políticas, entre otros, permiten externalizar esas viejas rencillas, de tal manera que nos podemos enemistar incluso dentro de la misma familia. Una vez pasada la contienda electoral volvemos a restañar las heridas. Pero no para dormir apaciblemente, sino para invernar hasta otra oportunidad que permita visibilizar de nuevo las fracturas. En este sentido apelar al diálogo, a la buena voluntad, a la cordura… está muy bien, desde el punto de vista occidental, y hay que hacerlo, pero no sirve de nada desde el punto de vista indígena.

Un Estado, como el peruano, debería hacer algo más que convocar elecciones. Un Estado con un fuerte componente indígena no debe mirar únicamente a Grecia (léase Europa y USA) sino a su propia población para que encontrar un sistema político que represente a sus ciudadanos. A no ser que desee considerar a sus pueblos indígenas como ciudadanos de “segunda categoría” que viven en el pasado y no aceptan la democracia, demostrando, una vez más, su exclusión y discriminación. A continuación pasamos a hacer un sucinto repaso de algunas ideas clave que están detrás de lo sucedido, sustentando las percepciones y dinámicas indígenas, según nuestro humilde parecer.

  1. Personalidad ego-centrada[1]. Todo gira en torno al yo, un yo predominantemente masculino y adulto. En este sentido, la verdad no solo es una construcción social, sino también, y sobre todo, personal. De tal forma que no existe “la” verdad, sino “mi” verdad, que se constituye como “la” única verdad. En kukama verdad y mentira son inherentes al yo. Una persona se convierte en brujo para mí si me ha hecho daño o le tengo miedo; en cambio, para otra persona puede ser un médico reputado que le defiende. La verdad o mentira depende del sujeto que la define. Por tanto, la misma persona es médico para mí y para mi vecino es brujo, y viceversa. Tiene razón lo que dice “mi” personero, y no la ONPE. Los personeros han dicho “mi” verdad como “la única verdad”. La interculturalidad está en suspenso.

  1. El diálogo puede ser una virtud en otras latitudes, pero no en pueblos indígenas. Más importante que el diálogo es la fuerza. La persona que se muestra débil tiene todas las cartas de perdedor. La demostración de fuerza es la posibilidad de existir. El débil o es sometido o es aniquilado. Más importante que el rival es el “enemigo”. Por eso las llamadas al diálogo no prosperan. A no ser que obtenga ventajas. En este sentido, el “enemigo” ha sido domesticado, igual que se domestica una mascota.

  1. Lo habitual es la desconfianza[2]. Cualquier dificultad, atraso, problema, tiene su origen en un “enemigo”. En público hay que mostrarse lo más tranquilo posible, pero no hay que descuidarse nunca. El mal acecha continuamente y me pueden enfermar a mí o a mi familia. Lo habitual es desconfiar de todo y de todos. ¿Cómo agrupar en estas circunstancias? Los chismes son poderosas narraciones que aglutinan las voluntades, también pueden dispersar, y de las cuales no se puede uno desligar. Una vez en circulación un chisme no se puede rebatir, a no ser que se redirija hacia otra persona o lugar[3]. La corrupción imperante avala esta desconfianza básica.

  1. Seguimiento de un líder[4]. El líder al que elijo seguir es intocable, al menos durante el periodo clímax: la campaña electoral y especialmente el día de las elecciones. La relación del líder con sus seguidores es la misma del padre con sus hijos, de la mascota con su dueño, del patrón con sus peones, del chamán con su protegido, de los objetos (machete, pelota, olla…) con su dueño. El líder tiene que cuidar y ayudar a sus seguidores y mostrarse decidido, valiente y fuerte. Una vez pasada la época electoral se convierte en una persona normal. Igual que el chamán, sólo consigue las adhesiones mientras está en periodo de guerra, una vez pasada la agresión, sus seguidores no le hacen caso e incluso llegan a cuestionar su liderazgo si es que pretende inmiscuirse en su vida personal. Entonces, ¿por qué seguir a un líder político?

    1. Si gana tu candidato puedes obtener algunas ventajas. No es que el alcalde de trabajo a todos sus seguidores, eso es imposible y la gente lo sabe. Pero si tu candidato es alcalde es más fácil que te apoye en una posible enfermedad. Es una forma de invertir en seguridad.

    1. Los líderes permiten que la gente se alinee. En este sentido es la oportunidad de marcar las discrepancias, como hemos indicado anteriormente.

La imposición externa de la democracia liberal implosiona en la selva. Los pueblos indígenas no beben de la tradición griega. La cuenca del Amazonas proporciona suficiente agua para tomar y las metáforas necesarias para su organización política. Este caudal debe ayudar a configurar un Estado peruano más inclusivo.


© Parroquia Sta. Rita de Castilla, octubre 2014.

Las siglas bajo las que participan los diversos candidatos no configuran ningún pensamiento político ni ideología. Simplemente es la conquista del poder por el poder, nada más. No somos tan ingenuos para echar en falta partidos políticos fuertes, pero la mera mecánica de conseguir el poder nos aburre. Comprender lo sucedido en los disturbios electorales en el distrito de Parinari no significa justificar, al menos en nuestro caso. Pero un Estado inoperante tiene responsabilidad en lo sucedido. Su falta de comprensión de las lógicas indígenas provoca este tipo de situaciones. ¿Quién va a restituir el miedo pasado por los trabajadores de la ONPE, el Jurado Nacional de Elecciones, además de sus objetos personales sustraídos? ¿Quién restituye el tiempo perdido, el dinero gastado…? Las agrupaciones políticas ahora están enfrascadas en ganar, a cualquier precio. El Estado no hace de mediador y terminará por declarar Parinari como un distrito electoral conflictivo. Otra vez una lógica perversa que desconoce a los pueblos indígenas. ¿Servirán estos disturbios para repensar el Estado?

Cada uno de los puntos anteriores merece un mayor desarrollo, pero hemos privilegiado la visión de conjunto que nos permita comprender mejor el contexto en el que se desenvuelven los hechos. Para finalizar indicamos que los alcaldes, de igual modo los candidatos, no hacen política. En el mejor de los casos administran los fondos del Municipio, y ya sabemos que lo hacen bastante mal. Sin embargo, temas como la contaminación del Marañón, reconocida por el Estado peruano, o la hidrovía, por poner únicamente dos ejemplos, no entran en agenda municipal nunca jamás.

Santa Rita de Castilla, 9 de octubre 2014.



[1] Evitamos el término egocéntrico puesto que posee un matiz peyorativo y hace referencia a conductas individuales, mientras que el término ego-centrado, que utilizamos acá, describe una sociedad basada en el ego. No lo utilizamos, por tanto, para designar una conducta negativa, sino para indicar una forma de comportamiento social aceptable y altamente valorada.
[2] Muchas madres cuando viajan no dejan solas a sus hijas ni con su mismo padre, menos si es un padrastro.
[3] La acusación en forma de chisme que la ONPE ha recibido dinero no se puede desmentir porque nadie lo cree, y ni siquiera es fácil de redireccionar, como cuando un acusado de brujería paga a otro brujo más fuerte para devolver la acusación.
[4] Cabe matizar que existe una gradación: no es lo mismo quien participa en el gobierno, a quien es simpatizante o simple elector. Su relación con el líder, evidentemente, varía.

sábado, 8 de noviembre de 2014

EN MEDIO DE LA CONFUSIÓN



Habitando en medio del “tohu babohu”


Manolo Berjón
Miguel Ángel Cadenas
Parroquia Santa Rita de Castilla
Río Marañón



Para Rusbel Casternoque y, en él,
a todos los participantes
en el XIII Congreso de ACODECOSPAT


La confusión puede ser creativa con tal que sepamos manejarnos en medio de ella. Los amantes del orden no la pueden comprender, se sienten perdidos, indefensos, sin herramientas para poder domesticarla, menos para vivir en medio de ella. Pero hay quien del caos primigenio puede ordenar el cosmos. El tohu babohu [= caos, confusión] bíblico da origen a la creación. Pero es Dios quien realiza este paso.

Acabamos de asistir al XIII Congreso de ACODECOSPAT (Asociación Cocama de Desarrollo y Conservación San Pablo de Tipishca). El primer día del Congreso se desarrolló una potente e interesante discusión que nos hizo asistir a uno de los mejores momentos del mismo. Todo giraba en torno a “los recursos naturales [que] son patrimonio de la nación”. “Los limeños también tienen derecho al petróleo”, se decía, aunque esté “en nuestro territorio”. Por entre el medio estaba la discusión sobre la Constitución y el Convenio 169 [y la Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas]. No vamos a reproducir aquí la intensidad del debate para el que nos sentimos demasiado pequeños. Haber asistido al mismo ha sido una experiencia vigorosa.


© Parroquia Sta. Rita de Castilla, Octubre 2014.

Conducía el debate una abogada que, inteligentemente, no se dejaba desbordar y mantenía viva la discusión. Su mejor carta fue la metodología participativa y el hacer viva la reflexión pesada. El ardor de la discusión provocaba tener todos los sentidos alertas. No sólo el oído, era importante disposición espacial que permitía mirarnos las caras, los comentarios en voz baja, la tensión de los participantes, los rostros de los funcionarios estatales presentes y, por momentos, su indiferencia.

Son muchas las vetas discursivas, imposibles de abordar todas a la vez. Razón por la cual nos vamos a centrar en “qué es una nación”. No somos quienes para abordar una pregunta tan compleja, si lo hacemos no es por atrevimiento sino como eco de lo suscitado en el Congreso. Por supuesto, como todo en esta vida, se puede y debe opinar de otra manera. El presente escrito es tan solo un balbuceo, nada terminado. Un estar en medio del caos y la confusión. No pretendemos ordenarlo, no somos Dios. Humildemente buscamos un sentido que nos permita mantenernos en medio de este tohu babohu.

Varios funcionarios estatales, en otro momento del Congreso, insistían que “todos somos Estado”. Pues no, no estamos de acuerdo. El Estado es una forma de gobierno de las naciones, países, comunidades o como demonios queramos utilizar estos términos polisémicos. Pero no nos dejemos enredar antes de tiempo. Volvamos a nuestro hilo: qué es una nación.

A pesar de que hay definiciones para dar y tomar, de una manera simple y sencilla, definimos una “nación” como un grupo de personas que viven en un territorio, con una historia común, una cultura y una lengua. Si aceptamos esta definición es evidente que Perú no es una nación. A no ser que demos por bueno el relato construido a partir de la “independencia” donde los pueblos indígenas se quedaron al margen del proceso. La misma constitución reconoce el carácter pluricultural…


© Parroquia Sta. Rita de Castilla, Octubre 2014.

Cuando los participantes apelaban al Convenio 169 estaban haciendo referencia a que el relato hegemónico de la independencia no es el único. Los pueblos indígenas se retrotraen a la creación de este “mito independentista” que impone una “narrativa de la negación”. Una narrativa que excluye a los pueblos indígenas de “la construcción de la nación”. Se impone un deber de “deconstrucción de este relato hegemónico” para dar cabida a otras voces que no están presentes en el centro. El centro, cuando no tiene la habilidad suficiente, se convierte en el único relato moral, epistemológico y político. Pretende cohesionar y lo que consigue es legitimar la homogeneización. Es lógico, razonable y saludable que las periferias reclamen su atención.

Un abordaje diferente plantearía la relación entre la mayoría y las diversas y múltiples minorías. Abordar la minoría como única no deja de ser otro relato homogenizador. En el caso del Perú, las minorías son múltiples, heterogéneas, dispersas e incluso diaspóricas, fluidas, y en ocasiones dispersantes, centrífugas. Ciertamente las minorías no pueden imponer su visión, pero la democracia se valora por el trato que proporciona a sus minorías. Si estas son silenciadas o invisibilizadas la democracia se convierte en una quimera fáctica con una apariencia de mecanismos participativos que legitiman un “proceso negador”, generando una narrativa truncada.

Algunas organizaciones indígenas, insertas en un “proceso conversacional” con el gobierno, y dados los pocos reflejos del mismo, se están empezando a plantear el derecho a la libre determinación y el autogobierno [Declaración ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas art. 3-4]. Si aceptamos que el proceso independentista de 1821 es un “relato excluyente” de la diversidad indígena, nos vemos abocados a una conversación donde el Estado blanco no se impone a sus minorías sino que permite diversas formas de estructuración política. En este sentido, Perú no sería una nación, menos un Estado-nación, sino un Estado con varias naciones en su interior con diversas historias, múltiples lenguas y territorios y disímiles culturas.

“Los limeños también tienen derecho al petróleo” de la selva, no hay duda. Pero en condiciones honorables para los pueblos indígenas, algo que se olvida en la capital. De todos es conocido que un niño indígena, en la práctica, tiene menos derechos que el resto de ciudadanos peruanos. Su acceso a la educación, salud, trabajo… siempre está en peores condiciones. De lo que podemos “presumir” únicamente es del elevado y peligroso nivel de contaminación. Y ya está bien, ya es suficiente. Pensar el Estado desde estas naciones indígenas es un asunto de primer orden y necesidad, un abordaje poco realizado hasta la fecha.

A quien le suene demasiado fuerte aplicar el término nación a los diversos pueblos indígenas basta con recordarle que la misma idea del Estado-nación está en cuestionamiento por la misma globalización. A estas alturas el Estado-nación sólo sirve para revisar las maletas de inocentes turistas en los aeropuertos, no para el comercio de armas; para la adquisición de un pasaporte, no para productos provenientes de determinados países con los que se suprimieron los aranceles; para las modestas sumas de dinero, no para los grandes capitales que desgravan; para las leyes, más adecuadas al mercado internacional que a los propios ciudadanos. Un ejemplo: los paquetazos ambientales que implosionan la propia idea de Estado-nación.


© Parroquia Sta. Rita de Castilla, Octubre 2014.

A nosotros nos toca habitar este espacio del tohu babohu, es Dios quien genera el paso del caos a la creación. Una interpretación creyente podría mantenerse en medio de esta confusión como una categoría básica, como un barro generativo que da origen al orden, donde el alfarero no son seres humanos, sino el propio Dios. Aunque en esta misma interpretación creyente, Dios no es un Deus ex maquina, sino que alienta las mejores creaciones humanas que se convierten en co-creación de Dios.

Santa Rita de Castilla, 25 octubre 2014