Mayo
2014 pasará a la historia del bajo Marañón como una fecha
fatídica: lo rotura del Oleoducto Nor-peruano a la altura de la
quebrada Cuninico. La población afectada corresponde al pueblo
kukama de los distritos de Urarinas, Parinari y Nauta, en la
provincia y departamento de Loreto, en el área de amortiguamiento de
la Reserva Nacional Pacaya Samiria. Lo acontecido en Cuninico nos
invita a la reflexión.
Ya
hemos anotado en crónicas anteriores que las personas que se
sumergieron en el crudo, para levantar el “pórtico”, lo hacían
sin ninguna protección especial. Hubo quien, para preservar la ropa,
se zambulló en el crudo en calzoncillos. Al terminar la tarea pudo
usar su ropa y regresar tranquilamente a casa. [Más despacio: con
dolores de cabeza, espalda, cuerpo, diarreas, incluso orinando
sangre; expuestos, además, a algún tipo de cáncer]. Y aquellos que
no quisieron sacar su ropa tuvieron que regresar a casa en
calzoncillos, para vergüenza propia.
Los
calzoncillos son una forma extrema de la relación entre público y
privado. Es frecuente ver hombres con el torso desnudo. Suelen
hacerlo para refrescarse o en determinados trabajos. No solo está
permitido, sino incluso bien visto para no malograr la ropa y como
una forma de exposición corporal. Pero nunca se verá a hombres en
calzoncillos en espacios públicos, excepto a la hora del baño,
sobre todo varones mayores, dado que los jóvenes utilizan truzas. El
baño es un acto privado donde nadie se debe entrometer ni molestar.
Por tanto, ocupar el espacio público en calzoncillos es una falta de
respeto y una vergüenza. Forzar a una persona a llegar a su casa en
calzoncillos es una forma extrema de utilización del espacio público
como si fuera un espacio privado. El mundo al revés.
Obligar,
como se hizo, a varios jóvenes, a regresar a sus casas en
calzoncillos es exponerlos a la vergüenza. Los kukama, cuando nace
un niño, le untan sus mejillas con añil, antiguamente con huito,
para que no sea sinvergüenza y respete a su familia. Caminar por la
calle en calzoncillos, más en presencia de mujeres, es una
invitación a las relaciones sexuales. Y eso es algo íntimo, que
nadie debe enterarse ni participar, excepto los implicados.
¿Pasearían los ingenieros de Petroperú en calzoncillos por la
plaza de su ciudad de origen?
© Parroquia
Santa Rita de Castilla, julio 2014
P.
Miguel Ángel Cadenas
P. Manolo Berjón
Parroquia
Santa Rita de Castilla
Río
Marañón Río Marañón
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