Sábado,
3 de noviembre de 2012, a
las 7:00 a.m., topan insistentemente en la puerta. Salimos al balcón y quienes
llaman tan impetuosamente son dos policías desconocidos, no pertenecientes a la Comisaría local. Bajamos
a abrir la puerta y se presentan: “somos de la Policía de turismo y
protección del ambiente”. Tras el saludo respectivo sacan un documento firmado
el 27 de abril 2012 en Santa Rita de Castilla y quieren saber más del mismo.
“¿Dicho
documento se ha elaborado aquí?”. “Sí, por supuesto”.
“¿Han
sido invitadas las autoridades distritales?” “No. Estamos en el distrito de
Parinari y Maypuco, sede del distrito de Urarinas, está muy lejos de esta
localidad. No han sido invitadas las autoridades distritales de Urarinas puesto
que este documento se elaboró durante un taller de Presidentes Comunales en
Santa Rita de Castilla, bajo nuestra asesoría”. Ellos han elaborado el
documento, nosotros lo hemos transcrito en computadora y lo hemos regado en la
ciudad.
“¿Algo
más que añadir?”. “Sí, desde el mes de abril hasta la fecha ha pasado demasiado
tiempo. No han sido muy veloces”. “Bueno, ustedes ya saben, la burocracia”.
© Parroquia Santa Rita de Castilla, 2012
A la Policía de turismo y
protección del ambiente le había llegado el documento a través del Congreso de la República. Las
autoridades distritales de Urarinas decían desconocer dicho documento, pese a
habérseles entregado. Uno sólo tiene memoria para lo que quiere. Las
autoridades regionales también conocen el documento, pero todavía no han
llegado a la zona para preguntar, de aquí a 20 años llegarán. Es cuestión de
paciencia. En el documento se insiste en que los pueblos indígenas Kukama,
Urarina y Omurano del río Urituyacu, del distrito de Urarinas, provincia de
Loreto, no permitirán extraer madera de dicha cuenca. Piden la intervención del
Estado y de no hacerse caso afirman que tomarán medidas por su cuenta.
Las
amenazas de muerte a algunos dirigentes continuaron hasta que terminaron de extraer
la madera. Por supuesto que han sacado la madera cortada, pese a que el acuerdo
indicaba que no se haría. Mientras no haya una fuente económica que permita a
la gente vivir con dignidad la extracción de madera ilegal continuará. La
impunidad que les ampara a los madereros es otro incentivo a su favor.
Los
policías estaban bajando de una visita de inspección a la zona. No habían visto
madera. “Señores, la madera se saca cuando los ríos están crecidos, ahora no es
posible sacar la madera”. Con esta creciente de noviembre recién los madereros
estarán implementando la siguiente campaña.
En
la comunidad nativa de Nueva Alianza, boca del Urituyacu, y la comunidad nativa
de Juan Velasco Alvarado, a 5 horas en peque peque de la boca, la gente les
contaba a los policías que les pagan S/. 20.00 por troza. Y el comentario de
los policías: “los madereros sacan hasta S/. 1,000.00 por troza”. Más arriba de
Juan Velasco Alvarado hay 15 núcleos poblacionales pertenecientes a 12
comunidades nativas tituladas, donde la extracción de madera es más dramática y
donde no ha llegado la policía de turismo y protección del medio ambiente. La
misma denominación de esta policía como “turismo y protección del medio
ambiente” ya deja mucho que desear.
© Parroquia Santa Rita de Castilla, 2012
La
conversación fue muy amable y sustanciosa. En el documento se dice “los pueblos
indígenas Kukama, Urarina y Omurano del río Urituyacu…”. Y nos contaban que no
sabían localizar dónde estaban estas comunidades. Alguien perspicaz en Maypuco,
sede del distrito de Urarinas, les dijo que Kukama, Urarina y Omurano no eran
comunidades sino “algunas lenguas que hablaban los indígenas de ese río”.
Maypuco está conformado por población kukama. Este desconocimiento de los
pueblos indígenas es sintomático del Perú en que vivimos. Ni las mismas
instituciones del Estado conocen a los pueblos indígenas a los cuales dicen
servir (más bien servirse).
En
la reunión con la comunidad nativa de Nueva Alianza la población dijo
desconocer a los madereros, pero al salir de la reunión una señora les indicó:
“ellos son”. Mientras la gente necesite la miseria que les dan los madereros
para solventar necesidades básicas no habrá posibilidades de evitar la
extracción ilegal.
“Las
comunidades pueden sacar un permiso en Nauta, capital de la provincia de
Loreto, para extraer madera legal de su territorio comunal. Así conseguirán un
mejor precio”, decían los policías. Son las mismas madereras que
inescrupulosamente peinan el monte las que terminan comprando la madera que
llega a Iquitos. Por supuesto, ellos ponen el precio. Ir a la ciudad, bajar por
el río con madera, aunque sea legal, activa las papilas gustativas de policías
de comisarías locales que se arriman a ver lo que cae, negociar con los
madereros… Hay muchas trabas de por medio antes de encontrar una situación más
simétrica. Aunque siempre es mejor intentarlo.
“Mire,
nosotros trabajamos en Iquitos, le dejamos nuestro número telefónico para
cualquier comunicación”. “Gracias, se lo daremos a los presidentes comunales
para que ellos puedan comunicarse con ustedes”.
© Parroquia Santa Rita de Castilla, 2012
Ágil,
dinámico y eficaz, así podemos catalogar al Estado peruano en la protección de
su medio ambiente. He aquí un ejemplo. Si se hubieran cumplido las amenazas de
muerte, ¿quién hubiera respondido? ¿Quién ha disfrutado el valor de esa madera?
“Si
nos llaman, en 10 días estaremos llegando al lugar de los hechos”, nos dijeron
los policías mientras se despedían. “Aló, llamamos desde…” (Hay muchas
interferencias telefónicas, apenas se puede escuchar…).
P.
Miguel Angel Cadenas P.
Manolo Berjón
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