jueves, 2 de febrero de 2012

MÁS ACUERDOS EN EL URITUYACU...

...esta oportunidad en San Enrique

Ha llovido el día anterior pero los días del evento hizo buen sol, como si la climatología respetara a los pueblos indígenas del Urituyacu, distrito de Urarinas, provincia de Loreto, departamento de Loreto, Perú. Los días 26 y 27 de noviembre de 2011 se volvieron a reunir las autoridades de las comunidades de la cuenca del Urituyacu para conversar de sus temas y llegar a acuerdos que les permitan una vida mejor. Ellos están haciendo la tarea, pero no será suficiente si el Estado no cumple la suya. Y no la cumple. De hecho la Municipalidad Distrital de Urarinas prometió que les ayudaría con el combustible y la alimentación del encuentro, además de su participación en el evento, lo primero no lo cumplió, lo segundo… tampoco.


El primer día fue capacitación. El Dr. Fermín, perteneciente al CAAAP, disertó sobre la identidad y la ley de consulta. Era la primera vez que un abogado llegaba hasta el Urituyacu para apoyar a las comunidades. Esperemos que no sea la última. La falta de oportunidades, la desinformación y la escasez de materiales apropiados forman un triunvirato que genera exclusión. Esa misma exclusión que el Estado desea para sus pueblos indígenas.

El segundo día fue el repaso de los acuerdos de Caymituyo y la discusión para ponerlos al día y en la práctica, puesto que ya se cumplen los plazos. Con las autoridades de 11 de las 15 comunidades existentes se entró en un diálogo abierto. No era difícil ponerse de acuerdo puesto que ya se habían acordado en Caymituyo, pero era preciso limar algunas asperezas y descender a los detalles. Como de hecho se hizo.
 
VIVA EL SALVAJE (CAPITALISMO)

Una troza de estoraque, según el grosor, puede valer en Guineal entre S/. 20.00 y S/. 50.00. Una lata de gasolina en la boca del Urituyacu cuesta S/. 75.00. Media barra de jabón Jumbo en vaciante cuesta S/. 4.00; en creciente ese mismo jabón vale S/. 1.20.  Mientras siga ocurriendo esto poco pueden hacer los indígenas por mucha buena voluntad que tengan. Pero dado que ellos están haciendo la tarea bien haría el Estado en atenderles y solucionar sus múltiples y desventajosos problemas con los que se encuentran a diario.


En cualquiera de las comunidades del Urituyacu 1kg. de majás cuesta entre S/. 5.00 y S/. 6.00; mientras que en Tarapoto el majás del Urituyacu lo venden entre S/. 25.00 y S/. 30.00. Un cartucho lo venden a S/. 3.50, en Iquitos cuesta S/. 1.20. “Nos están esclavizando” claman los indígenas.

Como se puede comprobar la incorporación al mercado es disímil. Los mercados se amplían, pero la desigualdad es tal que si no se hace algo para equilibrar las balanzas lo único que ocurrirá será la depredación absoluta. Afortunadamente ya no podemos decir: “total, son los indígenas los que lo padecen”, puesto que ya es fehaciente que la salvación será para todos o que la capa de ozono se desintegra para todos. Aunque solo fuera por egoísmo bien haríamos en preocuparnos por su situación.

Negar el acceso al mercado a los indígenas no es posible. Tienen derecho como cualquiera de nosotros a tener jabón, fósforos, ropa o cualquiera de los pocos y caros objetos que adquieren. Para ello tienen que entrar al monte y depredarlo, no queda otra.

A estas alturas debe quedar meridianamente claro que para que los acuerdos de San Enrique puedan llevarse a cabo habría que controlar la madera que sale de este río hacia Iquitos y la carne que remonta hasta Tarapoto. Eso no lo pueden hacer los indígenas, le corresponde al Estado. Los operativos de la PNP serán ser insuficientes. Si no se invierte en el Urituyacu los comuneros no tendrán otra escapatoria que depredar el monte para comprar útiles escolares para sus hijos, ropa o cualquiera otro de los productos de primerísima necesidad que adquieren. Mucho nos tememos que el Estado no se dará por enterado. Igual que no se dieron por enterado de la convocatoria del evento, pese a ser invitados organismos varios del gobierno regional o la Defensoría del Pueblo. Sin duda tienen muchas cosas importantes que realizar, los indígenas no están entre sus prioridades.

CONTRATIEMPOS

José Yuyarima es el líder de esta convocatoria. El día 21 de noviembre bajó todo el día para llegar en la noche a Maypuco. Al día siguiente se presentó en la Municipalidad y después de esperar un buen rato, media mañana, la respuesta fue que la Municipalidad no puede entregarle el alimento y el combustible prometido: “no tenemos plata para ese tipo de eventos”. A José no le quedó más remedio que surcar el Urituyacu de nuevo, pero en esta oportunidad con dolor en su corazón. Todas las coordinaciones hechas no han servido para nada. ¿Qué dirán las comunidades? A su paso por la comunidad de Reforma atracó para ver al profesor José Mashingash, del FORMABIAP. El había programado uno de sus encuentros de autoridades y maestros para el 30 de noviembre, pero con buen criterio lo había adelantado al 28 de noviembre. “Si las autoridades pasan de San Enrique al encuentro de Reforma, yo les entrego el combustible”. Gran parte del problema estaba resuelto. Más alegre José Yuyarima surcó hasta su comunidad: Pintuyacu. El 26 en la tarde estábamos de bajada nosotros y teníamos que atracar en Pintuyacu para coordinar. “No hay apoyo del Municipio” nos dijo en medio de la conversación. Acostumbrados a estos contratiempos hicimos de la necesidad virtud y apoyamos con el alimento necesario para el encuentro.

La Municipalidad Distrital de Urarinas estuvo el sábado 26 en Nueva Alianza, boca del Urituyacu para inaugurar un local comunal. Hubo campeonato de fútbol y comida para todos los participantes, todo costeado por la Municipalidad; pero cuando las autoridades de la cuenca (incluido el presidente comunal de Nueva Alianza) se organizan para defender sus derechos la Municipalidad está ausente. “No hay plata”, saben decir.




P. Miguel Angel Cadenas                                              P. Manolo Berjón
Parroquia Santa Rita de Castilla                                   Parroquia Santa Rita de Castilla
Río Marañón                                                                  Río Marañón



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