martes, 4 de marzo de 2014

SEAMOS RESPONSABLES CON EL MEDIO AMBIENTE

“Y VIO DIOS QUE TODO ERA BUENO” (Gn 1,31 )

Mons. Miguel Olaortua Laspra, OSA.
Vicario Apostólico de Iquitos

Queridos loretanos:
Nuestro Padre Dios, desde su amor trinitario, ha creado el mundo. De toda la creación, el ser humano es su obra más excelsa, el único que puede reconocer a su creador y relacionarse con Él. Esto es lo que significa que hemos sido creados por Él a “su imagen y semejanza”. Este hecho es el que confiere al ser humano su mayor dignidad que, al mismo tiempo, exige una gran responsabilidad por parte de todos. La dignidad de la persona humana no se mide en conceptos de razas, sexo, posiciones políticas, económicas o sociales. Lo que nos hace sagrados es que somos Hijos de Dios y hermanos todos en Cristo Jesús. No hay ciudadanos de primera, de segunda o de tercera clase. Todos somos iguales ante los ojos de Dios. Lo mismo debe suceder ante los ojos de cualquier Estado y sus respectivas autoridades nacionales, regionales o locales. El Estado ha de buscar y garantizar el bien común, sin excluir absolutamente a nadie. “La política, tan denigrada, es una de las formas más preciosas de la caridad, porque busca el bien común. Es importante que los gobernantes y los poderes financieros levanten la mirada y amplíen sus perspectivas, que procuren que haya trabajo digno, educación y cuidado de la salud para todos los ciudadanos. A partir de una apertura a la transcendencia podría formarse una nueva mentalidad política y económica.”(FRANCISCO I, Evangelii Gaudium nº 205). Si esto no se da, no podemos hablar de un auténtico progreso humano.
Nuestra sociedad, nuestro mundo, está impregnado de un gran consumismo por el que impera el dios dinero. En virtud de este dios, el ser humano se ha fabricado sus propios ídolos y se ha dejado arrastrar por ambiciones que le llevan a atacar los derechos fundamentales de la persona humana. Hoy todo entra dentro del juego de la competitividad y de la ley del más fuerte, donde el poderoso se come al más débil. Como consecuencia, grandes masas de la población se ven excluidas y marginadas. Se considera al ser humano como un bien de consumo que se puede usar y tirar. Hemos dado inicio a la “cultura del descarte”. Con la exclusión queda afectada la misma pertenencia social. Ya no es que estén en los puestos bajos o periferias, sino que ya no están, quedan al margen. Los excluidos ya no son explotados, sino que son sobrantes y desechos. (Cf. Francisco I, EG. nº 53).
San Agustín nos recuerda que la riqueza de unos pocos es a base de la pobreza de otros muchos. Es más –dice-: “Las cosas superfluas de los ricos son las necesidades de los pobres. Por eso almacenar cosas superfluas es robar” (In ps 147,12). Desde una sana conciencia humana bien formada y mucho más desde una posición cristiana, no podemos dejar llevarnos de la tentación de ambicionar cada vez más, sobre todo, porque siempre estaremos insatisfechos y deseando algo más. El mismo San Agustín nos dice en su Regla que “la verdadera felicidad no
consiste en tener mucho sino en necesitar poco”. La verdadera felicidad reside en nuestro
interior. Nace de sentirse a gusto con uno mismo, con los demás y con Dios.
En esta tiranía del consumo, “en este sistema, cualquier cosa que sea frágil, como el medio
ambiente, queda indefensa ante los intereses del mercado divinizado, convertidos en regla
absoluta”. (FRANCISCO I. EG, 56).
Ha llegado a mis manos, a través de la Oficina de Derechos Humanos del Vicariato Apostólico
de Iquitos, el “Informe del Monitoreo Ambiental del Río Marañón y la Reserva Pacaya
Samiria”. En él se muestran los resultados de la contaminación de dichos Río y Reserva. Desde
hace muchos años se vienen denunciando los constantes derrames de petróleo. Ahora el
Gobierno Peruano mediante sus organismos supervisores han realizado en septiembre del
2013 el monitoreo ambiental, como parte de las actividades de la Comisión Multisectorial RS
200-2012-PCM, quien también realizó lo propio en las cuencas de Pastaza, Corrientes y Tigre.
En el Marañón, el trabajo fue coordinado con ACODECOSPAT y sus vigilantes ambientales. Los
días 19 y 20 del presente mes se entregaron dichos resultados a la población Kukama en una
Asamblea celebrada en la localidad “Dos de mayo” en la que participaron diversas autoridades
nacionales, regionales y locales, así como representantes de OEFA, ANA, DIGESA,
OSINERGMIN, SERNANP, siendo MINAM la coordinadora de los informes. Por parte del
Vicariato también participaron algunos sacerdotes y representantes de la Comisión Vicarial de
Derechos Humanos.
En total fueron intervenidas 17 localidades. Los resultados son preocupantes, por no decir
alarmantes en cuanto al nivel de contaminación del agua no siendo apta para el consumo
humano. Se han encontrado contaminantes como hierro, aluminio, manganeso, arsénico,
cromo, coliformes totales y fecales, mercurio, zinc, plomo… unos en el sistema de agua potable
(en las localidades que gozan de este servicio) y otros en los ríos Marañón y Samiria. Lo mismo
ocurre en los ríos Tigre y Corrientes que, aunque no sean objeto de este estudio o informe,
padecen una situación similar. Con las comunidades de las cuencas de estos ríos se viene
trabajando conjuntamente ofreciendo acompañamiento y asesoramiento por parte de la
Iglesia.
Toda esta realidad contaminante que presenta el Informe pone en grave riesgo la salud de
nuestros pueblos y de nuestra gente. No podemos cambiar el pasado, pero podemos hacer
algo en el presente que favorezca un desarrollo sostenible y favorezca la salud de las personas,
especialmente de aquellas que, por estar situadas a lo largo de los ríos y lejanas a las grandes
urbes, gozan de menos medios y recursos. No podemos permanecer impasibles ante el
sufrimiento humano. Debemos ser solidarios con nuestros hermanos. Y no es cuestión de fe,
sino de solidaridad humana y de responsabilidad social. Las autoridades debemos buscar el
bien común de nuestro Pueblo, a quien servimos y representamos. El Papa Francisco nos lo
recuerda hablando de la Solidaridad: “La palabra “solidaridad” está un poco desgastada y a
veces se interpreta mal. Es mucho más que algunos actos de generosidad. Supone crear una
nueva mentalidad que piense en términos de comunidad, de prioridad de la vida de todos
sobre la apropiación de los bienes por parte de algunos.”(EG. nº 188)
La zona intervenida cuyos resultados presenta el Informe comprende jurisdiccionalmente a
nuestro Vicariato y está comprendida entre las Parroquias “Santa Rita de Castilla” y “San Felipe
y Santiago” de Nauta. Para las otras cuencas se añade el trabajo de la Parroquia San Agustín de Intuto. Por eso, como Pastor del Vicariato Apostólico de Iquitos, invito a las distintas autoridades locales, regionales y nacionales a tomar cartas en el asunto y a ejercer la responsabilidad de cada uno en su área respectiva.
“Vio entonces Dios todo lo que había hecho, y todo era muy bueno. Pasó una tarde, pasó una mañana…” (Gn 1,31). Al pasar de los tiempos, y tras el mandato de “llenad la tierra y sometedla”(Gn 1,27), nosotros somos los responsables del cuidado del Medio Ambiente y, en definitiva, de mantener seguros nuestros recursos naturales. Atentar contra ellos es atentar contra la humanidad y nuestra propia salud. “También la creación es manifestación del amor providente de Dios; nos ha sido entregada para que la cuidemos y la transformemos en fuente de vida digna para todos”. (Aparecida, 125). ¡Seamos responsables!

Señor de los Milagros, te presento nuestra tierra y sus gentes,
sus sueños e ideales, sus problemas y angustias de cada día;
En la ciudad y en los ríos, acompáñanos en nuestro caminar,
para que podamos sentir en nuestras vidas
la paz y alegría de sentirte a nuestro lado.

Ilumina el corazón de tu Pueblo,
de sus gentes sencillas, de sus autoridades,
enciende en ellos el fuego de tu amor,
para que podamos comprometernos todos
en el cuidado de tu Creación.

¡Respetemos el Medio Ambiente!
Este es el Milagro que hoy te pedimos,
tus hermanos, tus devotos de corazón.
Esperanzados, a Ti venimos
con esperanza y devoción.

UNA BREVE CONVERSACION CON LA HIDROVIA AL FONDO



Para Tami

“Para entender lo que está pasando, es necesario tomar al pie de la letra la idea de Walter Benjamin, según el cual el capitalismo es, realmente, una religión, y la más feroz, implacable e irracional religión que jamás existió, porque no conoce ni redención ni tregua. Ella celebra un culto ininterrupto cuya liturgia es el trabajo y cuyo objeto es el dinero. Dios no murió, se tornó Dinero. El Banco –con sus funcionarios grises y especialistas– asumió el lugar de la Iglesia y de sus sacerdotes y, gobernando el crédito (incluso el crédito de los Estados, que dócilmente abdicaron de su soberanía), manipula y administra la fe –la escasa, incierta confianza– que nuestro tiempo todavía trae consigo. Además de eso, al hecho de que el capitalismo sea hoy una religión, nada lo muestra mejor que el título de un gran diario nacional (italiano) de hace algunos días atrás: “salvar el euro a cualquier precio”. Así es, “salvar” es un término religioso, pero ¿qué significa “a cualquier precio”? ¿Hasta el precio de “sacrificar” vidas humanas? Sólo en una perspectiva religiosa (o mejor, pseudo-religiosa) pueden ser hechas afirmaciones tan evidentemente absurdas e inhumanas”.
Entrevista con Giorgio AGAMBEN, Dios no murió, se transformó en dinero.

El Estado peruano ha desarrollado las “bases del concurso y el cuarto proyecto de contrato publicados” sobre la Hidrovía Amazónica, uno de cuyos ramales transcurre por el río Marañón. De momento no se ha consultado a los pueblos indígenas afectados. Habrá que esperar que el poder judicial admita a trámite una demanda constitucional interpuesta por este asunto y dirima después sobre la misma. Por mientras, funcionarios del Estado mantienen conversaciones, a diverso nivel, con la organización indígena ACODECOSPAT por este asunto, aunque dejando claro que el poder judicial se pronuncie sobre el derecho de consulta. Lo cierto es que el 5 de mayo de 2014 Proinversión adjudicará el proyecto Hidrovía Amazónica, con una inversión aproximada de US $ 74 millones y un plazo de concesión de 20 años. Así están las cosas.

Los indígenas se oponen al desarrollo, se escucha de vez en cuando. No están en los tiempos actuales, viven atrasados. Bueno, dicen de Albert Einstein que de joven tenía bastante dificultad de aprendizaje. Eso le llevó a jugar mucho tiempo con la misma pelota, cuando ya sus compañeros estaban en otra. Este “síndrome de Einstein” apela al tiempo, dedicar tiempo a las cosas, no apresurarse. Esto lo hace “inactual”. Pero es precisamente esta “inactualidad” la que proporcionó un genio de la talla de Einstein. Paciencia. Da la impresión que en esto de la hidrovía se corre demasiado, sin paciencia con los indígenas, ni con la naturaleza. Es esta “inactualidad” la que nos sirve para aclarar que las prisas no acarrean ningún avance. Lo que puede ser visto como un retroceso, ni avanzan, ni quieren avanzar, puede ser considerado como un gran salto. Ya sabemos que el capital tiene prisa, pero hay deudas históricas que pagar y posibilidades de un desarrollo “otro”. El manejo del tiempo en este asunto, como en todos, es fundamental. Los tiempos del capital no son los tiempos de los indígenas y no percibir esta asimetría nos llevará a imponer una visión sobre la otra. Y está claro: el capital quiere imponerse, como nueva religión.

Un segundo concepto clave que queremos aportar hoy es el “sufrimiento”. Preguntar quién sufre es una pregunta religiosa. Cómo acompañar a los que sufren. Cómo hacer más liviano el sufrimiento. Cómo hacer todo lo posible por desenmascarar a los que infligen sufrimientos innecesarios, en ocasiones en nombre de esa nueva religión llamada capital, es una tarea primordial para toda teología que se precie. Este tema ha sido acuñado como “memoria passionis”, memoria de la pasión, memoria del sufrimiento. Ante la víctima la única respuesta posible es la curación y, en la medida de lo posible, evitar la causa del sufrimiento. Pero no acaba todo ahí, comienza la inquietante pregunta de Job: ¿por qué? ¿Qué hacer con el ‘sufrimiento acumulado’? ¿Qué hacer con el sufrimiento de los vencidos? ¿Qué hacer con el sufrimiento de ‘los otros’? Los cristianos, por si fuera poco, nos enfrentamos al Misterio: ‘sufrir a Dios’, ‘sufrir delante de Dios’, ‘sufrir en la presencia de Dios’. Esto es diferente del sacrificio del que nos habla Agamben. ¿Cómo explicar este proyecto de Hidrovía Amazónica a las familias cuyos familiares que, no estando ahogados, viven dentro del río? ¿Cómo explicarlo a familiares que se han ahogado sus parientes?


© Parroquia Santa Rita de Castilla 2010.

Un último dato. Dice J. B. Metz que cuando se viene de Baviera (zona tradicionalmente católica alemana) se viene de muy lejos. Recogiendo esta provocación podemos añadir nosotros que viniendo de la vieja Castilla (región del centro de España) se viene de muy lejos, pero cuando se vive con pueblos indígenas amazónicos la distancia es aún mayor: son culturas milenarias. Y es esta “inactualidad” la que nos da que pensar. Desechar lo “inactual” puede echar por la borda al mismo Einstein.

No queremos extendernos más por hoy. Una amiga nos regaló una entrevista de Giorgio AGAMBEN, “porque sé que les gusta”. Y acertó, nos gusta y aprendemos de él. Como reciprocidad señalamos un autor que nos ha influido y del que, en esta ocasión, reseñamos la “inactualidad” y la “memoria passionis”: Juan Bautista METZ, un teólogo que nos da que pensar. No es el único. Si lo traemos a colación es porque tanto Agamben como Metz son especialistas en Walter BENJAMIN, el pensador judío que está detrás de ambos, que cargan con él en su espalda.

Y terminamos con un interrogante en los labios. No se trata de leer a los teóricos europeos para pensar a los pueblos indígenas. Al contrario, se trata de interrogar a los pensadores con las preguntas surgidas del mundo indígena, para retorcerlos (Viveiros de Castro). Pero eso será en otra ocasión.




P. Miguel Angel Cadenas                                           
P. Manolo Berjón
Parroquia Santa Rita de Castilla                                  
Río Marañón