martes, 16 de agosto de 2011

jueves, 14 de julio de 2011

LAS “BONDADES” DE CEPSA

( o la provocación de un afiche)

El día 27 de abril de 2011 llegamos a la comunidad de Nueva Alianza, río Urituyacu, distrito de Urarinas, provincia de Loreto, para un evento sobre legislación indígena en dicha cuenca. Nos vamos al teléfono comunal para coordinar y nos encontramos la siguiente nota que reproducimos por su interés.




No queremos dejar pasar la oportunidad de felicitar a CEPSA por su preocupación por la Amazonía. Nos parecen sinceras sus intenciones y exhala por sus poros interés por la humanidad, por los pueblos indígenas y por el medio ambiente. Muchas gracias, CEPSA. Ustedes nos aclaran las maldades de las pilas. Y con ello intuimos lo malos que son los indígenas que las usan provocando una fuerte contaminación en la Amazonía. Suponemos que CEPSA, preocupada como está por la contaminación por pilas, también ponga estos afiches en las ciudades y en la puerta del Consejo de Ministros (lo decimos por lo de los relojes).

Gracias a CEPSA sabemos que los indígenas que utilizan pilas para sus linternas, radios o en sus relojes son los causantes de los graves problemas ambientales. Más les valdría a estos indígenas no utilizar pilas para navegar en las noches en sus peque peques, ni ir a “linternear”: ir a cazar o pescar enfocando con la linterna. Ellos son los causantes de todos los males que nos aquejan.

Pobrecitos indígenas que no saben qué hacer en sus comunidades, pero para eso está CEPSA, llena de buenos propósitos, para indicarnos cómo debemos hacer. Claro, las enviamos a la ciudad, será Madrid o Barcelona, porque en Iquitos no existe un lugar adecuado para el tratamiento de pilas. De repente CEPSA contrata un vuelo charter para llevar las pilas a su país de origen, de repente.

El comerciante donde está el afiche es más inteligente que CEPSA y anota números de teléfono y direcciones que seguramente son de mayor interés. Gracias al papel de CEPSA, que no nos indican, pero que estamos seguros será papel reciclado, el propietario de la bodega tiene un lugar donde escribir sin necesidad de tumbar más árboles. Y es que CEPSA está en todo.

¿Por qué un afiche de CEPSA? Por pura casualidad. Bueno, tienen dos lotes petroleros en el Urituyacu, pero eso no tiene nada que ver con esta nota, ni con las buenas intenciones de CEPSA. Por cierto, CEPSA no les proporciona información pertinente a las comunidades sobre sus actividades en dichos lotes, pero eso es secundario frente a la gravísima preocupación por el deterioro ambiental provocado por las pilas utilizadas por los indígenas. Lo de indígenas es una patraña más de estos escribidores que tienen la mala pata de conocer la zona y escribir esta nota.

Gracias CEPSA, porque Compañías petroleras como ustedes hacen más habitable este planeta y una Amazonía más limpia. No importa que no se cumplan las leyes, eso del Convenio 169 de la OIT y la Declaración de Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas. Estas leyes no dejan de ser letra menuda frente a las pretensiones de Compañías como CEPSA. 

¿A esto se llama “responsabilidad social”?...
A otros con ese cuento.



P. Miguel Angel Cadenas                                           
P. Manolo Berjón
Parroquia Santa Rita de Castilla                                 
Río Marañón                                                            

MEMORIAL


 “AÑO DEL CENTENARIO DE MACHU PICCHU PARA EL MUNDO”

Caymituyo, 02 de mayo de 2011




Señor:



Asunto: Lo que se indica


Las autoridades de todas las comunidades indígenas de la cuenca del río Urituyacu, del distrito de Urarinas, provincia de Loreto, departamento de Loreto, reunidos en la comunidad nativa de Caymituyo los días 29 y 30 de abril del presente año; viendo que la flora y fauna están en extinción acordamos no permitir la caza ni la tala de árboles ya que venimos sufriendo por muchos años y viendo a personas foráneas que vienen cazando y tumbando los árboles maderables indiscriminadamente, por tal motivo las autoridades y todas las comunidades indígenas de la cuenca del río Urituyacu, acordamos los siguientes puntos:

  1. No permitir la caza de animales a personas ajenas que vienen a disponer de nuestros recursos naturales.
  2. Que está permitida la caza de animales a los moradores de las comunidades.
  3. No está permitido ni caza ni habilitación por personas foráneas.
  4. Cada morador estará autorizado a cazar para su consumo y sostenimiento de su familia.
  5. Los moradores podrán cazar hasta un máximo de 50 kg. de carne.
  6. Moradores y personas al no cumplir con estos acuerdos deberán comunicar a las autoridades de las demás comunidades.
  7. Los presentes acuerdos se estarán aplicando a partir del mes de julio de 2011, hasta que se vuelvan a tomar nuevos acuerdos.
  8. Todas las personas que han invertido y tienen madera trabajada (tumbada) tendrán un plazo hasta el 31 de diciembre de 2011, al no haber invierno se estará aplicando hasta el 30 de abril de 2012.
  9. Las autoridades deberán vigilar que ya no se sigan talando los árboles a partir de la fecha.
  10. Se pide a todas las autoridades nacionales, regionales, provinciales y distritales que no se estén dando las llamadas concesiones forestales en nuestra cuenca del Urituyacu.





Extracción de madera ilegal en la comunidad nativa de Nueva Alianza, boca del río Urituyacu.

PUEBLOS INDIGENAS DEL RIO URITUYACU



El río Urituyacu está situado en el distrito de Urarinas, provincia de Loreto, departamento de Loreto. Es un tributario por la margen izquierda del río Marañón. Su población originaria es el pueblo omurano, del que quedan unos pocos habitantes. En él habitan unos 800 urarina. La gran mayoría de pobladores pertenecen al pueblo kukama, fruto de una migración realizada desde el río Huallaga a comienzos de los años 70 del siglo pasado.

Cuando llegó el pueblo kukama al río Urituyacu había cantidad de animales de monte y pescado en el río. Al día de hoy el pescado se ha desaparecido prácticamente y la carne de monte ha sido diezmada. Quienes más dependen de la caza son el pueblo omurano y el urarina, que con el agotamiento de los recursos naturales se encuentran en una situación muy precaria.

Los días 29 y 30 de abril de 2011 se llevó a cabo un taller de capacitación en la comunidad nativa de Caymituyo de líderes indígenas de dicha cuenca, con una asistencia de 46 autoridades de 11 de las 15 comunidades existentes. El primer día se trabajó sobre el Convenio 169 OIT y la Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y el segundo día se tomaron algunos acuerdos que las comunidades sentían como una necesidad.


COMO SE GESTARON LOS ACUERDOS

José Yuyarima Canaquiri es un líder kukama de Pintuyacu, la más pequeña comunidad del Urituyacu. El ha nacido y crecido en su comunidad y ha visto cómo los recursos naturales se han ido agotando. Los beneficiarios no han sido los pobladores de este río sino comerciantes que han ido entrando desde ciudades como Iquitos, Yurimaguas, Tarapoto y hasta de Cuzco. Ha ido viendo cómo sacaban miles de trozas de madera en los últimos años y cómo la gente se ha ido empobreciendo, mientras los comerciantes disfrutan de una vida más cómoda.

En conversaciones y encuentros informales ha ido tomando cuerpo la idea de hacer algo. El año 2010 se tuvo un primer taller. La preocupación entonces era la entrada de la Compañía Petrolera CEPSA. El encuentro tuvo lugar en la comunidad de Reforma. Este año 2011 se ha tenido el II Taller y las preocupaciones eran otras: los petroleros, los madereros, los compradores de carne de monte en gran cantidad y los “israelitas”.  Viejos temas a los que se añaden otros nuevos

Líder indígena José Yuyarima manejando el peque peque

pero empatando con antiguas aspiraciones. La tenacidad y el buen hacer de José ha llevado a buen puerto el taller desembocando en unos acuerdos de gran calado.

Aprovechando los viajes a la comunidad nativa de Nueva Alianza, boca del Urituyacu, con su mujer para “cobrar” los S/. 100.00 del proyecto gubernamental JUNTOS, ha convocado a los presidentes comunales de la cuenca y se han puesto de acuerdo para un encuentro en la comunidad de Caymituyo. Comenzaron las gestiones: la Municipalidad de Urarinas les apoyó con un poco de gasolina y algunos víveres, y la Parroquia Santa Rita de Castilla con la exposición de los temas. José ha tenido que viajar en varias oportunidades hasta las sedes de estas instituciones, en alguna ocasión bajando dos días en canoa.
Comunidad nativa de Caymituyo – río Urituyacu


LAS CABECERAS

En las cabeceras del río están los recursos naturales, ya no quedan en otros lugares. Y ahí precisamente se han instalado los madereros y compradores de carne. La comunidad nativa de San Juan de Abejaico les da cobijo. El acuerdo, por tanto, es una llamada de atención a dicha comunidad. A esta comunidad le asiste una concesión forestal. Coartada perfecta para “blanquear” la madera ilegal extraída en otros lugares donde no existe dicha concesión. Estos acuerdos tratan de sincerar la situación y obligar a dicha comunidad a rescindir la concesión forestal.

Madera y animales van de la mano. La extracción de madera estaba agotando los animales. Las cabeceras de los ríos deben ser intangibles para que los animales encuentren un espacio de libertad donde poder reproducirse y expandirse posteriormente por todo el territorio, generando proteínas para los comuneros.


DESPACIO PARA LLEGAR LEJOS

En la asamblea de Caymituyo algunas personas se impacientaban, sobre todo los madereros. Ellos tomaban la palabra y deseaban un acuerdo rápido. La frase más repetida era: “ahí no más estamos dando la vuelta”, para indicar que no avanzábamos nada. La estrategia era demorar.

Un profesor al día siguiente nos decía que dimos “demasiadas vueltas”. “Cuando nos reunimos los profesores en eventos importantes nos dan dos minutos para hablar, así no lo hacemos demasiado largo”. Pero esa estrategia de la rapidez es perversa en pueblos indígenas. Se necesita tiempo para que todos hablen y hay que darles oportunidad. Tener posibilidad de hablar no es únicamente pedir la palabra. Al mismo interior de la asamblea se dan relaciones de poder que conviene no desconocer. Algunas autoridades son habilitados por los patrones: madereros y compradores de carne. No es tan sencillo hablar en su presencia.

Un maderero había explicado por 15 minutos la importancia de su actividad: “todos tenemos necesidad”. Un indígena urarina lo rebatió en 10 segundos: “no queremos que saquen madera del Tipishca”. Esos 10 segundos fueron mucho más valiosos que los 15 minutos del maderero y las dos horas largas que utilizaron el resto de madereros para convencernos que “todos tenemos necesidad”. Los madereros y compradores de carne hablaban desde el principio y querían un acuerdo rápido. El presidente comunal de Caymituyo solo utilizó esos 10 segundos, suficientes para expresar el sentimiento de la mayoría de los asistentes. Demorar, dar oportunidad, apoyar a los más débiles es la mejor estrategia de equilibrar relaciones de poder asimétricas.

Dando vueltas y más vueltas se llegó a la mejor conclusión. La estrategia dio resultado. Ahora solo falta poner en práctica los acuerdos. Se puede confiar que así será puesto que han sido ratificados por todas las autoridades presentes, excepto las de la comunidad de San Juan de Abejaico, que como indicamos arriba, es sede donde se asientan madereros y comerciantes de carne.


Líderes indígenas en la comunidad de Cafetal.

Solo cabe felicitar a José Yuyarima Canaquiri, él ha sido el gran artífice de estos acuerdos, que poco a poco fue dando oportunidad para que la gente conversara, utilizando el ritmo del tiempo de manera óptima. Y felicitar a todas las autoridades presentes que han tomado unos acuerdos largamente sentidos por la población. El río Urituyacu está de enhorabuena.



P. Miguel Angel Cadenas                                             
P. Manolo Berjón
Parroquia Santa Rita de Castilla                                 
Río Marañón                                                             

INFORME UGEL MARZO 2011

PARROQUIA SANTA RITA DE CASTILLA
RIO MARAÑON




Sr. Ezequiel Vela Pinedo
Director UGEL
Nauta.-


Santa Rita de Castilla, 26 de marzo de 2011


De nuestra consideración:

Por las presentes reciba un saludo cordial, al tiempo que deseamos se encuentre bien de salud junto con sus colaboradores.

En esta oportunidad queremos enviarle unas notas sobre el río Urituyacu tal como le indicamos en la visita que realizamos a su despacho con las autoridades distritales de Parinari.

El río Urituyacu es una quebrada que desemboca por la margen izquierda en el Marañón en el distrito de Urarinas, provincia Loreto. Consta actualmente de 15 comunidades, la mayoría pertenecientes al pueblo kukama, pero también existen unas pocas comunidades urarina y unos pocos individuos que hablan el idioma omurano.

El río Urituyacu forma parte de dos lotes petroleros. No se ha consultado a su población, pese a su obligatoriedad en territorios indígenas. CEPSA es la compañía que posee dichos lotes. Los madereros hace tiempo que tienen esta cuenca como su mansión. Comerciantes de lugares lejanos a la Amazonía llegan hasta acá en busca de animales de monte, que ya escasean. La presencia del Estado en este río es muy fuerte legitimando lotes petroleros, pero muy débil en servicios: en educación faltan muchas cosas por hacer. La presencia de profesores no es muy constante, por decirlo suavemente. Respecto a salud existe una Posta Médica en Reforma, pero la permanencia del técnico sanitario es otra historia. La atención en salud dista mucho de cubrir los mínimos aceptables. Por hacer un poco de memoria: a finales de los años noventa del siglo pasado muchas personas tuvieron en un solo año 4 ó 5 malarias, y hubo bastantes personas que llegaron al record de tener 8 veces malaria falciparum en un año. Un triste record que ni siquiera es conocido, menos del que se hace memoria para sacar las conclusiones oportunas al día de hoy.

El pueblo indígena omurano es considerado poblador originario del río Urituyacu. Hoy en día están en franco declive, tan solo quedan unos pocos individuos y se están mezclando con el pueblo urarina. Los omurano, dados por extintos en muchos informes, sobreviven bajo condiciones nada favorables, enfrentándose a su integración al pueblo urarina. Las enfermedades les acechan y la caza, tan estimada y necesaria para ellos, está en franca regresión. Si el Perú quisiera hacer algo por ellos se necesitaría un plan integral que proteja sus territorios. Eso implicaría una política de consolidación de territorios indígenas y protección de recursos naturales que está muy alejada de la ley del más fuerte que impera hoy en día, además de estudios específicos sobre lengua omurano y otros componentes que les permitieran afrontar los retos enormes que les acechan.

El pueblo urarina es originario del Chambira. Los estudiosos lo conectan con poblaciones andinas ecuatorianas. Lo cierto es que nadie se ha percatado de su presencia en el Urituyacu. El año 2010 en una visita a estas comunidades contamos unas 800 personas urarina. Un número nada despreciable. Pese a su cantidad la asistencia por parte del Estado no responde a sus expectativas. Comunidades urarina son Progreso II, San Antonio de Bancal y Guineal, mas una buena porción de los pobladores de Caymituyo y la mayoría de Ayahuasca. Estas dos últimas comunidades compartidas con el pueblo kukama y gobernadas por los últimos. Situación muy especial sería para las comunidad Progreso I y San Luis.
En educación no cuentan con los profesores necesarios. En Guineal existen quejas continúas de ausencia del profesor. El profesor nombrado es un ejemplo de lo que no debiera suceder: ausencia permanente de la comunidad. ¿No tiene el Estado peruano cómo defenderse de malos funcionarios? Porque siempre son las poblaciones más vulnerables las que no pueden defenderse de pésimos funcionarios que el Estado premia pagándoles un sueldo que no se ganan. Ayahuasca cuenta con 47 alumnos y tan solo un profesor. Teniendo en cuenta que Ayahuasca tiene población urarina y kukama bien mereciera un trato especial, si es que consideramos que la inclusión del Estado debiera apostar por la diversidad. Es un absoluto despropósito enviar un solo profesor mestizo para una cantidad de alumnos excesiva con una diversidad indígena que mereciera un trato diferencial por cada pueblo. Caymituyo es otro ejemplo de espacio compartido entre el pueblo urarina y kukama. Pese a que la presencia urarina es muy antigua, nunca han tenido la oportunidad de ser atendidos diferencialmente.

El pueblo urarina del Urituyacu pide algo tan sencillo como profesores. Ni siquiera pide profesores con especialidad intercultural bilingüe urarina, dado que no hay atención del Estado para este pueblo en dicha área, tan solo piden profesores mestizos, con eso se conforman. Habrá quien se lleve las manos a la cabeza afirmando que esa educación avasallará al pueblo urarina. Tal vez, pero es mucho peor dejar al pueblo urarina en manos de comerciantes, madereros, petroleros que utilizan el castellano sin haberles dado la oportunidad de conocer los rudimentos de sus escritos, abandonando al pueblo urarina a posiciones desproporcionadamente asimétricas. Somos conscientes que es una actitud precaria y parcial. Una intervención más global implicaría que el Estado quisiera hacer algo positivo, porque lo negativo es dejar pasar el tiempo. A medio plazo se necesitaría preparar profesores urarina con especialidad en interculturalidad y bilingües para en un tiempo prudencial tener una propuesta educativa para este pueblo. La lección de hace unos años con los profesores de las comunidades del Chambira bien merece mayor aplicación por parte del Estado, que parece no haber aprendido nada. O tal vez la política de un Estado cínico sea dejar pasar el tiempo mientras esquilman territorios y pueblos indígenas.

La población Kukama del Urituyacu es fruto de una migración en los años 70 del siglo pasado desde el río Huallaga, teniendo como corazón el pueblo de Lagunas, huyendo de las grandes inundaciones y buscando la altura donde poder ponerse a salvo de las hambrunas de tales alagaciones. Pero en los últimos años con la escasez de recursos, debido a lo anotado anteriormente de petroleros, madereros y comerciantes inescrupulosos por un lado y, por otro, la pésima atención en salud y educación, alguna gente ha salido de este río en busca de mejores condiciones de vida. La salida ha tenido diversos itinerarios: Yurimaguas y Lagunas en una dirección y en otra Nauta e Iquitos.

No atender adecuadamente en educación a estas comunidades implica migraciones hacia las ciudades donde no hay trabajo ni posibilidad de hacer chacras o dedicarse a la pesca. En tal sentido estamos fabricando nuevos pobres. La tal “racionalización educativa” que solo se ocupa de números genera un desastre ecológico en la Amazonía bajo el abandono de grandes territorios –buenas noticias para petroleros, madereros y demás esquilmadores de territorios indígenas– y aglomera poblaciones en ciudades insostenibles que provocan residuos inviables y hambrunas innecesarias. Nuestra sugerencia es apoyar en servicios básicos –educación y salud– a pequeñas poblaciones para que permanezcan cerca de sus chacras y cochas y no pasen hambre, consiguiendo una calidad de vida más acorde con la dignidad humana.

Los atropellos al pueblo kukama son del mismo calibre que con los pueblos indígenas anteriormente tratados puesto que es política de Estado el abandono de estas poblaciones diferenciales para mecerse en manos de grandes capitales que esquilman sus territorios. Pongamos un caso puntual de este pueblo para percibir la lógica perversa de la tal “racionalización educativa”: la comunidad kukama de Pintuyacu.

El año 1982 llegaron procedentes de Lagunas los primeros pobladores. Se asentaron en el medio Urituyacu, en la boca de la quebrada Pintuyacu, que terminó dando nombre a la comunidad. Esta pequeña quebrada es rica en recursos naturales: maderas, animales y unos poquísimos peces, que dado que en el Urituyacu no se encuentra pescado son altamente valorados. Desde 1983 hasta 1997 han tenido profesor. Desde entonces la comunidad no cuenta con profesor. Consecuencia de esta política nefasta han salido varias familias a otras comunidades más grandes para que sus hijos estudien. A pesar de todo, algunas pocas familias han permanecido en el lugar, realizando una labor heroica en el cuidado de sus recursos naturales, a costa de que sus hijos no aprendan a leer y escribir. Si los pocos moradores que quedan terminan saliendo en busca de colegio para sus hijos, el abandono será pasto de madereros y cazadores inescrupulosos que pronto terminarán con sus recursos, generando más hambre en el Urituyacu. Nosotros consideramos que estos pocos moradores, que tienen alumnado suficiente para un profesor, merecerían un premio del Estado puesto que cuidar los recursos de esta pequeña quebrada permite que las comunidades vecinas también cuenten con los recursos necesarios. Las comunidades kukama de Pintuyacu y Lupunayo y las comunidades urarina de San Antonio de Bancal y Guineal se sirven de los recursos de esta pequeña quebrada. Si desaparece la comunidad de Pintuyacu pronto se acabarán sus recursos y los comuneros de las comunidades antes mencionadas pasarán más hambre. Bien mereciera que el presidente comunal de Pintuyacu, por la labor silenciosa y constante que realiza, el señor José Yuyarima Canaquiri, recibiera el premio nacional de Derechos Humanos.

Globalizando el caso de Pintuyacu consideramos que atender a las pequeñas comunidades implica una cercanía a recursos naturales (chacra y cochas) que garantiza buenas condiciones de vida si el Estado les brinda la oportunidad de una educación de calidad y una atención en salud conveniente. De no ser así muchos pobladores de comunidades pequeñas terminarán migrando a la ciudad donde sus hijos podrán estudiar al precio del hambre que debe pasar toda la familia. Invertir en ciudades grandes es invertir en pobreza, pésima calidad de vida y abandono de territorios indígenas que favorecen intereses espúreos.

Una última nota. Algunos opinan que atender con educación bilingüe es suficiente. Tal vez, pero no opina eso el pueblo Kukama para quienes la educación no es cuestión únicamente de conocimientos, sino de sembrar en el corazón de los muchachos los principios de una vida buena. Y qué lejos estamos de esta expectativa del pueblo Kukama. La pretendida y difícil interculturalidad tiene que tener en cuenta que es el corazón la sede de la sabiduría, para que la cabeza no quede desconectada de la vida. Tal vez se pueda entender el fenómeno de la ouija de Nauta como una protesta contra una educación que no tiene en cuenta el corazón.

Deseamos que estas notas sirvan para llamar la atención sobre las comunidades del Urituyacu que con tanto esfuerzo afrontan una vida difícil con poca asistencia del Estado que prefiere alinearse al lado de los grandes intereses.

Sin otro particular, nos despedimos de usted deseando que cumpla con las funciones que todo funcionario debe tener en cuenta como servidor del bien común en beneficio de las poblaciones más vulnerables. Desde el río Marañón esperamos de usted que tenga criterios claros que beneficien a estas poblaciones.

Atentamente,

P. Miguel Angel Cadenas                                          
P. Manolo Berjón
Parroquia Santa Rita de Castilla                             

sábado, 21 de mayo de 2011

NUESTR@S NIÑ@S MUEREN DE TOS FERINA :_(


“TOSA BIEN FUERTE, HASTA HACERSE RENEGRIDO”

José Manuel dice tener 70 años y todavía recuerda de su juventud los estragos del sarampión, tos ferina y gripe. Cuenta cómo tenían que abandonar a sus familiares contagiados para poder huir y salvarse. El pueblo omurano hacía secar los cadáveres y llevaba en tinajas a sus muertos a todas partes. Es un superviviente. No se puede expresar con palabras tanto dolor. Estas epidemias diezmaron tanto a este pueblo indígena que casi todos lo consideran extinto, pero José Manuel y unos pocos más son los únicos supervivientes. Ahí está él resistiendo. [No se nombra la comunidad a propósito].

En la cercana comunidad nativa de Chanchamayo (todas las comunidades que se nombren serán del distrito de Urarinas, provincia de Loreto, excepto aquellas que expresamente se señale su ubicación), una señora no podía dar a luz. Su bebé “estaba clavado en su pierna”. El partero no podía hacer nada y el peligro era inminente. Llamaron a la otra partera, analfabeta, por cierto, pero que puede dictar muchas clases de buen hacer y dignidad a grandes catedráticos y premios Nóbel. Era de noche. Mandó recostar a la parturienta y, en silencio, le fue sobando hasta que el feto “se desencajó y se colocó” en la posición adecuada y nació el niño. Era setiembre de 2010. El regocijo fue grande y la ishpa se celebró con alegría. A los dos meses de nacido, en noviembre, el bebito “agarró tos ferina”. Tuvieron que velarle y sembrarle en el cementerio. Todo con gran dignidad, como si la vida consistiera únicamente en saber hacer frente a las dificultades. Su tumba tiene una palmera y una cruz, como todas (excepto en la comunidad nativa de Cuninico donde un pastor mandó a sus fieles cortar las palmeras y hacer un campo de fútbol en el cementerio, para regocijo de su iglesia y gran espanto del resto).



En la comunidad nativa de Nueva Alianza nos encontramos, de manera fortuita, “la brigada” [de Salud]. Acababan de salir del río Urituyacu. En esta comunidad hay presuntamente 20 casos de tos ferina. Amablemente pedimos conversar con el doctor y accedió de inmediato. Le comentamos la preocupación de la gente: el niño muerto en Chanchamayo, 10 casos en la comunidad nativa de Triunfo en febrero 2011, 2 casos en la comunidad nativa de Reforma. La amabilidad se disipó, pero la conversación transcurrió sin dificultad. Nosotros nos fuimos a visitar otra comunidad. [Nos reservamos el nombre del doctor porque quien debe tomar medidas conoce su identidad].

Seleccionamos solo un par de testimonios por su enjundia. Quien sepa entender puede leer entre líneas la percepción de la gente respecto al Ministerio de Salud, las brigadas y todas esas parafernalias. «Vengo con este [niño], cómo tosea, toda la semana está así. La otra [su hija] ya tiene una listita de sangre aquí en su vista. Y eso le estaba sabiendo yo decir al doctor ayer; y él ha sabido decir que ‘solamente van a atender a los que están bien enfermos, los que no están bien enfermos, no; porque ustedes están cerca de Maypuco’. ‘Doctor, pero no es así, cuando nosotros no tenemos recursos no podemos movilizarnos, porque ir de bajada nos podemos ir, pero para la surcada como no hay combustible, cómo vamos a surcar’. ‘No, pero de todas maneras, madre [de familia], son cerca de Maypuco’. ‘Bueno, ya, que así sea. Y solamente a ella y a él, a ellos dos han atendido, y a este más chiquito que sufre bronquitis, no; porque este está con esa carraspera igual que ellos, está que tosea y tosea, igual que ellos. Les han dado una pastilla de paracetamol. Qué, pues, vamos a hacer nosotros con eso’. ‘En el mes de enero [2011] les hemos atendido primero a ustedes, por eso ahora hemos ido de frente a  Abejaico y hemos llegado cuando ya no hay nada de medicina’. ‘Entonces ese doctor me estaba mirando porque yo les estaba diciendo así’. ‘Pero ya, pues, señora, porqué se quejan si a ustedes les hemos atendido primero la otra vez [enero 2011]. Por eso esta brigada tenía que pasar de frente a Abejaico’. ‘Y con esas dos pastillas ya he vuelto; ya no les he hecho pasar [consulta] a estos mis dos chiquitos, ya’». [Testimonio de L.S.A., comunidad nativa kukama de Nueva Alianza, 14 mayo 2011].

 
“Ahorita están con tos ferina sus hijos y les están permitiendo que anden en la lluvia sus hijos, que están botando al agua. En forma están buenos, a ver para que curen a sus hijos, entonces que se mueran sus hijos. Así mismo ha dicho el doctor, padre. Que se mueran, en buena hora no hemos atendido a todos, porque son las madres conchudas, así mismo ha dicho el doctor. Además que el padre no tiene nada que ver con nosotros, nosotros hacemos lo que nos viene en gana, a nosotros nos mandan otros, la DISA (por desconocimiento y torpeza de estos pobres escribientes, Ministerio de Salud a nivel regional de Loreto) no tiene nada que ver con nosotros. Y por lo tanto, ellos no tienen nada que ver con nosotros. Si queremos atendemos y si no, nada. Así me ha dicho el doctor, a las últimas horas de todo, cuando él había terminado. Sí, padre, así me había dicho el doctor a mi misma. Eso era todo, padre”.  [Testimonio de S.C.H., comunidad nativa kukama de Nueva Alianza, 14 mayo 2011].



Nos encanta este último testimonio porque quien lo pronunció es una mujer valiente y servicial donde las haya. Lo del “padre” se refiere al “sacerdote católico” que estos escribientes tienen a digno llevar. Y hacer rabiar al doctor es suficientemente importante para desentrañar la discriminación desde la que el Estado trata a sus pobladores indígenas. Cuando menos merecería una disculpa pública del Ministerio de Salud a esta comunidad nativa y el propósito de enmienda. En otros lugares comentarios racistas como estos son motivo suficiente para la destitución. No es para tanto, comprendemos la rabia del doctor. Y no se trata de cambiar un doctor por otro; sino una forma diferente de hacer. En cuanto a los escribientes, tienen el orgullo y la satisfacción de haber hecho rabiar al doctor y con eso están pagados con creces.

En Maypuco, de nuevo de forma fortuita, nos encontramos con el doctor del Centro de Salud en un “restaurante”. Nos confirmó que en Chanchamayo había habido otro caso además del bebé muerto, que desconocía. Nos aclaró que el periodo de incubación puede ser de 15 días y que se debe a que los niños no han sido vacunados en los años anteriores, como así ha ocurrido, o que no han sido vacunados a tiempo siendo la vacuna no plenamente efectiva. Entramos por turnos al restaurante y almorzamos en mesas separadas. Terminando nuestro almuerzo nos despedimos y salimos. Acordamos hacerle ver las fotos que teníamos de Nueva Alianza. Esperamos a su salida y como teníamos prisa para partir tuvimos que pedirle disculpas y hacerle salir de una sobremesa amigable que mantenía con el resto de trabajadores del sector salud en Maypuco. Amablemente nos atendió, confirmó que fueran posibles tos ferina, pero que se precisa un examen en el laboratorio referencial de Iquitos para descartar la posibilidad. Amablemente nos despedimos de él y continuamos nuestra ruta.



Con las explicaciones del doctor nos vienen a la mente que en el mes de marzo de 2011 en la comunidad nativa de Nueva Fortuna, distrito de Parinari, provincia de Loreto, hubo 20 casos de tos ferina, según información de un antiguo promotor de salud. Y en Santa Rita de Castilla, distrito de Parinari, en abril 2011, al menos dos niños en torno a los 10 años también con “presunta” tos ferina.

Ahora que las previsiones sitúan el crecimiento económico para este año 2011 en el 7.5%, el Ministerio de Salud [MINSA], de quien jamás seremos sus trabajadores por falta de competencia técnica, tiene entre sus metas aumentar la cobertura de “partos institucionales” [atendidos en Centros de Salud], dejando a un lado la sabiduría ancestral de los pueblos indígenas que durante miles de años han atendido los partos de sus gentes y donde la ciencia médica descubre que es preferible no cortar el cordón umbilical al momento del nacimiento, práctica común en la medicina occidental, sino demorar varios minutos en cortarlo. Los pueblos indígenas no cortan el cordón umbilical hasta que ha caído la placenta. Sin embargo el MINSA no tiene oídos para las parteras tradicionales, ni para promotores de salud, ni para nadie que no sean ellos, muy doctos y occidentales. En pocas palabras: el crecimiento económico sirve para desarticular los saberes tradicionales de los pueblos indígenas.



Y en cuanto al trato de la brigada, qué podemos decirles: pues que no es sino aquello del presidente ya saliente de “ciudadanos de tercera”. ¿Se imaginan tos ferina en el distrito limeño de San Isidro? Otro gallo cantaría. Pero, acá, en comunidades nativas, hasta el gallo tiene tos ferina.


 

P. Miguel Angel Cadenas                                            P. Manolo Berjón
Parroquia Santa Rita de Castilla                                  Parroquia Santa Rita de Castilla
Río Marañón                                                              Río Marañón

domingo, 13 de febrero de 2011

LOS NIÑOS DE SANTA RITA "DENUNCIAN" CON SUS DIBUJOS

PUEBLO KUKAMA 
SACA LOS COLORES 
AL ESTADO Y A PLUSPETROL 
(I)

Más niños que adultos del Marañón dibujan las consecuencias del derrame de petróleo del 19 de junio de 2010.

Deslizadores potentes y helicópteros fueron ampliamente dibujados. En los relatos de Santa Rita de Castilla varar el transtur ha sido un elemento fundamental. Hay que explorar estas narrativas si queremos entender las dinámicas que genera.


© Parroquia Santa Rita de Castilla





© Parroquia Santa Rita de Castilla





© Parroquia Santa Rita de Castilla


Ministro de Energía y Minas: “Es un monto muy pequeño [400 barriles de petróleo, siempre cifras de la Pluspetrol, ¿se lo creen?]. En realidad, comparado con lo ocurrido en el Golfo de México, es una cosa muy pequeña que no debe ser motivo de alarma”, afirmó Pedro Sánchez en diálogo con Canal N.




Dedicado al Ministro de Energía y Minas.


© Parroquia Santa Rita de Castilla

Los niños quieren dibujar cosas bonitas, pero solo pueden hacerlo con un río contaminado.


© Parroquia Santa Rita de Castilla

Dedicado al encargado de turismo de Loreto. Para que los gringos vengan a ver “bufeos”: delfines que son reflejo de los propios gringos en el espejo kukama.


© Parroquia Santa Rita de Castilla

Esos polvos “biodegradables” que echan al río, dicen que eran “absorbentes”. La duda, más que razonable, que eran precipipantes para fondear el petróleo en el río. “Polvos” más dañinos que el propio petróleo.



© Parroquia Santa Rita de Castilla



© Parroquia Santa Rita de Castilla

Las aguas de los ríos de la Amazonía  son de “uso industrial”, pero la gente toma agua del río, lava, se baña… en el río. ¿De dónde, si no?


© Parroquia Santa Rita de Castilla


© Parroquia Santa Rita de Castilla
ESPERANDO LLUVIA

Puede parecer surrealista, pero en media Amazonía la gente espera la lluvia para poder recoger agua en baldes para poder tomar. Eso, que pudiera ser visto como algo normal, genera un choque cultural grave.

Para los kukama el agua de lluvia genera coto (bocio) y comezón. A sabiendas de estas consecuencias el pueblo kukama ha preferido tomar esta agua de lluvia al agua del río, al cual están acostumbrados por miles de años.

No toda la lluvia es peligrosa, pero cuando llueve despacio, con sol y el arco iris, los kukama consideran que es la “orina de la boa” que les produce todas estas consecuencias.

Es fácilmente deducible que esto provoca malestar, desazón, ansiedad, angustia… que destruye la buena vida y es fuente de patologías mentales. Sin embargo ni el Ministerio de Salud es capaz a ver esta desazón cultural.



Agradecemos a las personas que han colaborado con los dibujos. Tenemos muchos más. Si alguien desea verlos u organizar alguna exposición puede ponerse en contacto con nosotros. Saludos a todos.


P. Miguel Angel Cadenas                                            P. Manolo Berjón
Parroquia Santa Rita de Castilla                                  Parroquia Santa Rita de Castilla

sábado, 29 de enero de 2011

AHORA EL CHAMBIRA, ¿MAÑANA?...

Otro derrame más: ¿16? de enero 2011. Para los comunicados oficiales basta la Pluspetrol. Emplean palabras parecidas a “sabotaje”. Seguro, si ellos lo dicen. ¿Ustedes saben en qué circunstancias está el oleoducto?, solo es una sospecha. Ya hay mucha dificultad para saber qué sucede en el Marañón, lo del Chambira es otra historia. En el Chambira habita el pueblo urarina, invitado de piedra en este asunto petrolero.

Las comunidades de San Juan del Chambira, Ollanta y Progreso se quejan. Para ellos el derrame se ha cristalizado en manchas de petróleo en el curso del río, disminución del pescado y enfermedades. Nadie ha tenido la valentía de comunicarles el derrame para recoger agua del río antes de que llegaran las manchas. Se han enterado por las radiofonías, pero ningún comunicado oficial: ni del Estado, ni de Pluspetrol.

El doctor de Maypuco ha visitado el martes pasado la comunidad de San Juan del Chambira para atender a los pacientes. Eso es todo. La gente se queja. El Estado no responde y la petrolera sólo está pendiente de sus cuentas bancarias (con el aval del Estado), claro está.


¿QUE HEMOS APRENDIDO?

De momento nada:
  1. No se avisa a las poblaciones para recoger agua. Parece que no es un derecho humano el agua potable (al menos en la Amazonía).
  2. No se hacen presentes las autoridades. El aparato del Estado sólo se hace presente para proteger los intereses de las petroleras. (¿Para qué sirve un fiscal? ¿Y un juez? ¿Y un funcionario encargado del ministerio de Energía y Minas? Pregúntenselo a las petroleras).
  3. No hay planes de contingencia. Si los hubiera, ¿por qué llegan, entonces, manchas de petróleo hasta la boca del Chambira?
  4. No hay noticias dada la lejanía de la ciudad y la incompetencia de muchos periodistas que ni siquiera saben de qué lugar estamos hablando, tampoco les interesa aprender dónde estamos y porqué suceden estas cosas.

Las comunidades esperan una reunión con la petrolera para poder negociar. No sabemos lo que pedirán pero será fácil adivinar: un poco de dinero, atención de sus enfermos, alimentación y agua por un tiempo. Una negociación tan asimétrica no da para más. Pero nadie estará acompañando a las comunidades, nadie. Si alguien se pone de lado de las comunidades surgirán celos (muchas veces alimentados por las propias petroleras) para echar abajo cualquier tipo de negociación más equitativa.




¿POR QUÉ OCURRE?

Ahora no se puede hacer mucho porque difícilmente sabemos qué está pasando. Los territorios donde ocurren estos sucesos son territorios de exclusión. Hace 10 años un reconocido abogado nos estampó lo siguiente: “tampoco van a pedir ahora teléfonos, los problemas de exclusión no tienen nada que ver con el derrame”. Siempre nos pareció una respuesta poco afortunada. Han pasado 10 años, ahora muchas comunidades tienen teléfono, algo se ha mejorado, pero los niveles de exclusión son los mismos, o peores porque la brecha es más grande aún, a pesar de los teléfonos.

Todo esto a cuento de qué. Ahora ya existen algunos teléfonos en el Chambira. Y qué. Saben a quién tienen que dirigirse. Sí, a la compañía petrolera. No hay Estado (los pobladores no lo perciben), ni medios de comunicación, ni nada. La exclusión provoca clientelismo, no saber defenderse y una espiral incómoda de pagar las facturas de otros.



LOS MISMOS ESQUEMAS

Otra vez se ha formado una comisión bajo el nombre de “Frente de Defensa del Derrame de Petróleo en el río Chambira”. Otra vez negociación directa (eso en el caso de que se levante el tema, que no será nada sencillo dada la falta de imágenes). Otra vez la exclusión. ¿Pondrá el presidente regional de Loreto otra denuncia ridícula como en el Marañón? (Ahora ya no estamos en campaña política).

Algo más hay que hacer. Esto es como una persona que se ha quemado y le ponemos una curita. No sirve para nada. Ahí están las comunidades, ¿esperando a Godot?


Iquitos, 28 de enero de 2011

P. Miguel Angel Cadenas                                            P. Manolo Berjón
Parroquia Santa Rita de Castilla                                  Parroquia Santa Rita de Castilla

miércoles, 19 de enero de 2011

SOBRE CRUCES E “INDIOS EVAPORADOS”

“SE IMPONE UN DEBER DE OLVIDO QUE NO QUEREMOS ACATAR”

Los pueblos tupí guaraní consideran la cruz un elemento fundamental. Es parte de su sistema de orientación (norte-sur-este-oeste). Les sirve, además, para medir la noche: controlan la hora nocturna según la posición de la cruz del sur.

María tiene 7 años, muchas ganas de jugar y unas chinelas nuevas, bien bonitas, que le acaban de comprar. Su mamá le mandó que hiciera una cruz en la mañana, “en la tarde vamos a llevarla al puerto”. Juan tiene 36 años y también hizo una cruz de topa. El recuerda cómo sus hijos se enfermaron por el agua del río y por el atún que “graciosamente” nos regaló la Pluspetrol. Pero sus hijos enfermos no aparecen en las estadísticas del Centro de Salud. Tal vez si en lugar de habitar en Santa Rita de Castilla hubiera sido en el limeño San Isidro el ministro de salud hubiera tenido que renunciar. Pero es un “indio” y no merece ni que aparezca en las estadísticas. Digamos una vez más: es un “indio evaporado”.

El triste 2010 nos dejó más enfermo el río Marañón. Apenas salió a la luz pública el derrame del 19 de junio en la localidad de San José de Saramuro, no fue el más grave. A comienzos de julio miles de peces muertos en el río Samiria nos hacen confirmar las sospechas que han vertido aguas de formación a las quebradas Huishto Yanayaquillo y Yanayacu Tipishca. De nuevo la “verdad oficial” guarda silencio. Las declaraciones vertidas en torno al primer derrame insisten en que no han afectado a la Reserva Nacional Pacaya Samiria. El dinero puede hacer olvidar hasta lo más elemental, pero no puede hacer piola con la verdad. La “verdad oficial” siempre será… “oficial”, y nada más. Y como broche final de año, el 5 de diciembre se produce otro derrame en el mismo lugar del 19 de junio. Es evidente que “se han tomado todas las precauciones y las medidas del caso” (¿se lo creen?), pero “lamentablemente” se ha vuelto a producir otro “despiste”, “fallo humano” o como deseemos designarle. No hay que alarmar a la población (digamos a las transnacionales). Que la gente del Marañón no hayan sido avisados para que se provean del agua del río no es ni siquiera un asunto humanitario. Esto de lo humanitario es para el continente africano, aquí somos “civilizados” y crecemos al 8% anual.

Lo cierto es que mientras Pluspetrol y el gobierno peruano, que no parece enterarse del asunto, hace tiempo que han dado carpetazo, en el Marañón no queremos olvidar. Que quede claro: no nos da la gana olvidar. Cientos de pobladores del bajo Marañón se acercaron a los puertos de sus comunidades el 30 de diciembre de 2010 para recordar los derrames producidos en el Marañón. Cientos de personas que no comulgan con este “deber de olvido” impuesto por los poderosos.

No llevábamos ni corbata, ni falda bien planchada. No habíamos salido de la peluquería, ni teníamos perfume en nuestro cuerpo. Ni siquiera todos habíamos comido, a pesar de ser las 5:00 p.m. José se vino de la chacra y de frente se fue al puerto sin comer, “porque yo quiero estar en el puerto con la cruz, ya comeré más tarde”. Cruces tan caras al pueblo kukama, cruces como signo de orientación.

No hay espacio para los débiles, territorio para la memoria, ni lugar para el resentimiento. Sobresalen los fuertes, a quienes debemos obedecer sumisamente. Se impone el deber de olvido para poder dormir plácidamente. Triunfa la simpatía que alegra la vida de los que les va bien. Nada de caras serias, lamentos, ni pañuelos para enjugar lágrimas. Rostros risueños, corbatas bien planchadas, ricos perfumes en nuestros cuellos y muñecas y fotos de hijos en el escritorio. Se impone este deber de olvido “bienpensante”, que nosotros no podemos ni queremos acatar.



P. Miguel Angel Cadenas
P. Manolo Berjón
Parroquia Santa Rita de Castilla

viernes, 14 de enero de 2011

DERRAME DE PETRÓLEO EN SAN JOSÉ DE SARAMURO - RÍO MARAÑÓN 19.06. 2010

150.000 voluntarios venidos de toda España y de todos los rincones del mundo,limpiaron los restos del naufragio del Prestige en las costas gallegas creando así una marea blanca de héroes anónimos, de solidaridad y dignidad para ayudar al pueblo gallego en su lucha contra el fuel...

¡En el Río Marañón no tenemos 150.000 voluntari@s...!

¿Es que nadie va a hacer nada para ayudarnos?





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SOBRE CRUCES E “INDIOS EVAPORADOS”


“SE IMPONE UN DEBER DE OLVIDO QUE NO QUEREMOS ACATAR”

María tiene 7 años, muchas ganas de jugar y unas chinelas nuevas, bien bonitas, que le acaban de comprar. Su mamá le mandó que hiciera una cruz en la mañana, “en la tarde vamos a llevarla al puerto”. Juan tiene 36 años y también hizo una cruz de topa. El recuerda cómo sus hijos se enfermaron por el agua del río y por el atún que “graciosamente” nos regaló la Pluspetrol. Pero sus hijos enfermos no aparecen en las estadísticas del Centro de Salud. Tal vez si en lugar de habitar en Santa Rita de Castilla hubiera sido en el limeño San Isidro el ministro de salud hubiera tenido que renunciar. Pero es un “indio” y no merece ni que aparezca en las estadísticas. Digamos una vez más: es un “indio evaporado”.


El triste 2010 nos dejó más enfermo el río Marañón. Apenas salió a la luz pública el derrame del 19 de junio en la localidad de San José de Saramuro, no fue el más grave. A comienzos de julio miles de peces muertos en el río Samiria nos hacen confirmar las sospechas de que han vertido aguas de formación a las quebradas Huishto Yanayaquillo y Yanayacu Tipishca. De nuevo la “verdad oficial” guarda silencio. Las declaraciones vertidas en torno al primer derrame insisten en que no han afectado a la Reserva Nacional Pacaya Samiria. El dinero puede hacer olvidar hasta lo más elemental, pero no puede hacer piola con la verdad. La “verdad oficial” siempre será… “oficial”, y nada más. Y como broche final de año, el 5 de diciembre se produce otro derrame en el mismo lugar del 19 de junio. Es evidente que “se han tomado todas las precauciones y las medidas del caso” (¿se lo creen?), pero “lamentablemente” se ha vuelto a producir otro “despiste”, “fallo humano” o como deseemos designarle. No hay que alarmar a la población (digamos a las transnacionales). Que la gente del Marañón no hayan sido avisados para que se provean del agua del río no es ni siquiera un asunto humanitario. Esto de lo humanitario es para el continente africano, aquí somos “civilizados” y crecemos al 8% anual.

Lo cierto es que mientras Pluspetrol y el gobierno peruano, que no parece enterarse del asunto, hace tiempo que han dado carpetazo, en el Marañón no queremos olvidar. Que quede claro: no nos da la gana olvidar. Cientos de pobladores del bajo Marañón se acercaron a los puertos de sus comunidades el 30 de diciembre de 2010 para recordar los derrames producidos en el Marañón. Cientos de personas que no comulgan con este “deber de olvido” impuesto por los poderosos.

No llevábamos ni corbata, ni falda bien planchada. No habíamos salido de la peluquería, ni teníamos perfume en nuestro cuerpo. Ni siquiera todos habíamos comido, a pesar de ser las 5:00 p.m. José se vino de la chacra y de frente se fue al puerto sin comer, “porque yo quiero estar en el puerto con la cruz, ya comeré más tarde”. Cruces tan caras al pueblo kukama, cruces como signo de orientación.

No hay espacio para los débiles, territorio para la memoria, ni lugar para el resentimiento. Sobresalen los fuertes, a quienes debemos obedecer sumisamente. Se impone el deber de olvido para poder dormir plácidamente. Triunfa la simpatía que alegra la vida de los que les va bien. Nada de caras serias, lamentos, ni pañuelos para enjugar lágrimas. Rostros risueños, corbatas bien planchadas, ricos perfumes en nuestros cuellos y muñecas y fotos de hijos en el escritorio. Se impone este deber de olvido “bienpensante”, que nosotros no podemos ni queremos acatar.




  

P. Miguel Angel Cadenas 
P. Manolo Berjón                                           
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